El excarcelado político y dirigente opositor Félix Maradiaga insistió este miércoles, ante representantes de más de 40 países pertenecientes a la Internacional Liberal, reunidos en Ottawa, Canadá, que para la oposición nicaragüense nada es más importante en este momento que lograr la mayor cohesión posible, en una unidad que permita hacer frente a la cada vez más «sofisticada» dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
El líder opositor, que fue desterrado por la dictadura de Nicaragua y despojado de su nacionalidad, luego de permanecer más de año y medio en la cárcel, participó en la 206 sesión del Comité Ejecutivo de la Internacional Liberal, donde expuso que por ahora «nada es más importante frente a las dictaduras que lograr el mayor nivel de unidad y cohesión».
Destacó que «toda acción estratégica local o internacional (en la lucha contra la dictadura de Nicaragua) dependerá, en gran medida, del nivel de cohesión que tengan las expresiones de oposición».
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Maradiaga propone que esa unidad opositora, para que tenga capacidad de enfrentar la dictadura Ortega-Murillo, debe tener como principales características: «ser la expresión del mayor nivel de consenso de las fuerzas vivas de la nación frente a la dictadura. Debe ofrecer una visión clara del país democrático alternativo, y esa visión debe tener un legítimo respaldo popular».
Eso implica, según el opositor, «un trabajo de comunicación permanente y un trabajo de educación e incidencia que le explique a la ciudadanía que otro país es posible al margen del sistema autocrático y su propaganda».
Expuso que es fundamental, en el caso de Nicaragua, en donde la oposición ha sido forzadas al exilio, para que pueda operar, aún bajo circunstancias muy difíciles, la principal responsabilidad es la organización de los opositores en cada uno de los países donde se encuentren, y esa responsabilidad recae sobre los líderes.
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Asimismo, insistió que esa oposición unida debe gozar de legitimidad internacional para ser reconocido como tal. Sin embargo, advirtió que eso requiere un trabajo «muy delicado y de mucha negociación y consenso, para asegurar que no se queden afuera ninguna de las voces fundamentales de oposición».
«Se requiere estructurar una vocería oficial, preferiblemente colegiada y que pueda ofrecer una visión y una guía clara de la estrategia opositora. En este sentido, es muy importante que no sea la comunidad internacional la que guíe nuestra estrategia, sino que seamos nosotros, los mismos opositores que, poniéndonos de acuerdo, ofrezcamos directrices claras sobre la estrategia internacional», destacó el exprecandidato presidencial.
Asimismo, enfatizó que es vital que la oposición en el exilio tenga un estrecho cordón umbilical con la resistencia interna pues «sin oposición interna por pequeña y silenciosa que sea no se logra ningún cambio» y es precisamente por eso que la tiranía Ortega-Murillo ha priorizado los métodos represivos que obligan a que todas las voces disidentes opten por el exilio o el silencio.