Los dictadores Ortega y Murillo echaron a andar su maquinaria de propaganda internacional para tratar de legitimar sus ataques contra la Iglesia Católica y en esa misión, el cabildeador político en Europa y propagandista a sueldo del régimen, el italiano Fabrizio Casari, arremetió contra el clero católico nicaragüense llamándolo lavadores de dinero y golpistas, y además los amenaza.
Casari, a quien la dictadura ha presentado como «periodista, analista político, investigador y editor de un periódico en su país», evitando decir el nombre de tal periódico, publicó en el medio de la propaganda oficialista El 19 Digital, un artículo de opinión titulado «El dinero bajo la sotana», en el que hace serias acusaciones, sin pruebas, contra el clero nicaragüense, lo que debería ser considerado, según las leyes de la dictadura, «injerencia en asuntos que solo le competen a Nicaragua».
El propagandista internacional de la dictadura que, según una búsqueda realizada en internet, es editor de una revista digital italiana llamada «Altrenotizie», que en Facebook solo tiene 2 mil 800 seguidores, se aventura a afirmar que «la investigación de la Fiscalía pone al descubierto verdades pesadas e inquietantes, que sacan a la luz pública un tráfico de dinero y de bienes atribuible a actividades ilegales», refiriéndose a la acusación de lavado de dinero que de la Policía orteguista le achaca a la Iglesia católica.
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Además, en párrafos construidos con suposiciones a base de términos como: «es creíble la hipótesis; es probable que; es concebible que», asegura que las autoridades nicaragüenses han descubierto una «alianzas e intersecciones entre golpismo, jerarquías eclesiásticas y actividades delictivas», siempre al peso de la lengua.
Fabrizio Casari es un viejo conocido de los dictadores. En febrero de 2021, fue contratado por el Gobierno de Nicaragua para hacer «lobby» ante gobiernos europeos, supuestamente para suavizar las sanciones impuestas por el Unión Europea (UE) a funcionarios e instituciones de la dictadura. Por ese contrato el italiano el sacó al Estado un pago de 210 mil dólares en un año, según una investigación del portal Expediente Público, que reveló el «negocio».
Además, Casari fue uno de los «notables» personajes que asistieron como «observadores» para validar las votaciones presidenciales de 2021, en las que Ortega y su mujer, Rosario Murillo, se auto declararon ganadores.
El extranjero lanza serias amenazas
Según Casari, sus patrones, a quienes les llama «la Nicaragua sandinista», tienen derecho a defenderse de los supuestos ataques de la Iglesia y no está «dispuesta a retroceder ante el crimen, sabe defenderse y lo hace sin mirar tanto la letra pequeña», en abiertas amenazas contra el clero.
El extranjero agrega que «El Carmen» sabe que debe defenderse y «ha optado por acabar con toda paciencia y responder golpe a golpe a la supuesta intocabilidad de una secta (Iglesia católica) que ha cambiado la fe por el odio, las oraciones por el terror, la subversión por la misión pastoral».
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Advierte que «la dirección política del país (Ortega y Murillo) sabe que la derrota del intento subversivo no significa el fin del proyecto golpista, por lo que no habrá subestimación». Asegura que no les importa el apoyo internacional que pueda recibir la Iglesia poque «las cuentas se hacen en Nicaragua y no en otra parte».
Finalmente sella sus amenazas diciendo que, en nombre de la paz que pregonan los Ortega-Murillo, «de parte del sandinismo no habrá incertidumbre, ni vacilación, ni indulgencia, ni timidez en la actuación. No habrá errores».
Tremendo ridículo es acusar a la iglesia católica de lavadores y golpistas. Nunca han tenido pruebas fehacientes sobre el lavado de activos y en segundo lugar se han creado una trama persiguiendo a quienes los Ortega CREEN están en contra de el. (Todo el pueblo de Nicaragua) La acusación de golpista esconde tras de ella, la inseguridad de saberse odiados por todo el pueblo de Nicaragua, y buscan como justificar cualquier acción contra opositores acusándolos de golpistas, cuando todo mundo sabe que ese tema del golpe fue más una protesta espontánea del pueblo y no ocupo ni planificación y menos financiamiento. Todo lo demás está en el imaginario orteguista para buscar culpables y tratar de desestabilizar a sus opositores.