La Policía, al servicio de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, tomó por asalto las instalaciones del colegio católico Santa Luisa de Marillac, en el municipio de Yalí, Jinotega, bajo el pretexto de «revisar documentos», todo en el contexto de la acusación del régimen contra la Iglesia católica por, supuestamente, albergar «una red de lavado de dinero».
La abogada e investigadora católica Martha Patricia Molina dijo a Artículo 66 que ha tenido comunicación con personas del lugar, y le notificaron que el asalto policial ocurrió a las 10 de la noche de este 29 de mayo, tras varias horas de asedio.
Según la información que ha recibido la investigadora, los policías a cargo del allanamiento dijeron que procedía revisar «documentos del colegio», sin especificar qué tipo de papeles buscaban.
El asalto a la única escuela de educación secundaria católica que hay en Yalí, que perteneces a la Diócesis de Jinotega, cuyo obispo es monseñor Carlos Herrera, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), y que tiene unos 30 años de funcionar, se da en medio de la escalada represiva que ha emprendido el régimen Ortega-Murillo contra la institución religiosa.
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Ese centro de secundaria, en el que estudian unos cien alumnos de Yalí, es administrado por la Congregación de Santa Luisa de Marillac, fundada en 1992. Es atendido por seis hermanas religiosas pertenecientes a esa orden, tres de ellas estarían siendo deportadas en las próximos hora, según informó la abogada Molina.
La abogada dijo que no se debe descartar la posibilidad que el colegio católico de Yalí sea intervenido definitivamente por el régimen y entregado al Ministerio de Educación (Mined).
«No descarto la posibilidad de que el colegio sea entregado al Mined, sobre todo, tomando en cuanta que tres de las hermanas religiosas que atienden ese centro de estudios, de origen guatemalteco, ya tienen orden de deportación», dijo la investigadora.
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La Congregación de Santa Luisa de Marillac fue fundada en 1992 por la nicaragüense Sor María Jeaneth Úbeda y la panameña Sor Edith Priscila Jordán, esta última ya fallecida.
Hasta el momento, el convento aún no ha sido allanado por la Policía, aseguró Molina.