La Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol), debe tener mucho cuidado con los fichajes de «notificación roja» que hace la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo pues, en su afán de perseguir a opositores podría intentar aprovecharse de la organización y tomarle el pelo en la información para el fichaje de personas buscadas, para perseguir a nicaragüenses por motivos políticos, alertaron líderes de la oposición.
Recientemente, el Gobierno de EE.UU., en su informe sobre la situación de derechos humanos en Nicaragua, alertó que la Policía de Nicaragua, al servicio del régimen Ortega-Murillo, habría intentado manipular los objetivos de la Interpol y aprovecharse de esa organización para perseguir a disidentes refugiados en el extranjero.
La advertencia ha generado alarma y preocupación entre el exilio nicaragüense que pide a los gobiernos de los países donde hay exiliados, que, aunque la Policía de Ortega haga solicitudes de extradición de opositores por vía de Interpol, no colaboren con la dictadura, tal como ya habría ocurrido con el Gobierno de costa Rica, que entregó al nicaragüense Douglas Gamaliel Pérez Centeno, opositor a la dictadura.
La preocupación del exilio nicaragüense tiene asidero en el hecho que, según los estatutos de Interpol, esta organización «no puede obligar a las autoridades encargadas de la aplicación de la ley, de ningún país, a detener a una persona objeto de una notificación roja», es decir, para que se de una captura y extradición de una persona circulada en la Policía Internacional, debe haber voluntad del país donde reside la persona.
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Esto deja en claro que Costa Rica pudo negarse a entregar al opositor nicaragüense, sobre todo porque los mismos estatutos de la Interpol prohíben utilizar su red de colaboración para persecución por motivos políticos.
En cambió la dictadura de Ortega ignoró una nota roja emitida por la Interpol contra el iraní Mohsen Rezai, buscado por un atentado mortal con explosivo en la ANIA, de Argentina. El circulado fue recibido como invitado de honor en Managua, pese a ser un perseguido por la Policía Internacional.
Para la dirigente opositora y exrea política desterrada por Ortega y Murillo, comandante guerrillera Dora María Téllez, la dictadura de Nicaragua pretende utilizar todos los medios a su alcance, incluyendo la manipulación de Interpol, para la persecución de exiliados políticos nicaragüenses, y eso convertiría a la organización policial en instrumento del régimen para la «represión política transnacional».
Téllez advierte a la Interpol que la dictadura de Nicaragua pretende hacer con esa organización lo mismo que ha hecho con la Policía Nacional, que es «convertir un instrumento que debe ser para la seguridad ciudadana, en un instrumento de persecución a la ciudadanía».
Agregó que la propia Interpol debe tener cuidado con las notificaciones que hace el régimen de Nicaragua para «evitar ser manipulada».
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La dirigente opositora criticó la doble moral de los Ortega-Murillo, quienes, mientras dan asilo y ciudadanía a ciudadanos extranjeros que han participado o están siendo condenados en sus países, por delitos comunes, le insisten a la interpol por colaboración para perseguir opositores.
«Ahí está Mauricio Funes, que ha sido perseguido en El Salvador condenado por corrupción y que ha terminado siendo, no solamente funcionario del régimen Ortega-Murillo, sino ciudadano nicaragüense por la gracia de la familia Ortega», recordó Téllez.
También señaló el caso del otro expresidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, prófugo de la justicia de su país pero que vive libremente en Nicaragua protegido por Ortega, o el caso del expresidente panameño Ricardo Martinelli, también convicto por delitos comunes y protegido por la dictadura de Managua.
Interpol activa sus «filtros» en caso de solicitudes de Ortega
Interpol utiliza “Notificaciones Rojas” para buscar y detener a personas buscadas internacionalmente. Su sede está en Francia y tiene oficinas en varios países. Es un eje central para la cooperación policial mundial.
En el caso de Nicaragua, la dictadura Ortega-Murillo ya ha intentado «tomarle el pelo» a la organización, y un ejemplo de los intentos de manipulación es el que ocurrió con el opositor Félix Maradiaga, a quien la Policía orteguista intentó circular en la Policía Internacional.
En 2018, la Policía al servicio de la dictadura, intentó usar a la Interpol para emitir una «alerta roja» por narcotráfico y terrorismo, que buscaba desacreditar y detener, bajo cargos fabricados, a Maradiaga, según cuenta el propio opositor. «En mi caso, los mecanismos de revisión de Interpol afortunadamente funcionaron correctamente», agregó.
Interpol tiene un sistema de filtro de datos, para prevenir el abuso de su red, especialmente para evitar ser manipulada por regímenes autoritarios que buscan perseguir a opositores políticos bajo el disfraz de delitos comunes.
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«Cuando Nicaragua solicitó una notificación roja contra mí, Interpol evaluó la solicitud a través de su Comisión de Control de Ficheros (CCF), un órgano que revisa las peticiones para asegurarse de que no sean solicitudes con motivaciones políticas, raciales, militares o religiosas. Gracias a estos filtros, la solicitud fue rechazada, reconociendo la naturaleza política de mi caso», narró el opositor.
El exreo político nicaragüense señaló que, la experiencia ocurrida en su caso, debe ser un recordatorio de que aún «hay mucho por hacer para asegurar que Interpol no sea utilizada como herramienta de represión política».
¿Cómo funciona Interpol?
El sitio web oficial de la organización señala que, el artículo 83 del Reglamento de INTERPOL sobre el tratamiento de datos estipula las condiciones para la publicación de notificaciones rojas. Estas solo pueden publicarse si el acto en cuestión constituye un delito grave de derecho común.
La operación, organizada por INTERPOL, se centra en casos graves como fugitivos buscados por delitos de asesinato, abuso sexual de menores, tráfico de personas, fraude, corrupción, contrabando de drogas, delitos contra el medioambiente y blanqueo de capitales.
Asimismo, establece que, debido al papel políticamente neutral que debe jugar, la constitución de la Interpol prohíbe en su artículo 3 «cualquier tipo de relación con crímenes políticos, militares, raciales y religiosos».