El propagandista de la dictadura Ortega-Murillo William Grigsby lanzó serias acusaciones y amenazas contra los principales empresarios del país, a quienes llamó «pandilla de delincuentes» y los amenazó diciéndoles que ya Ortega «les perdonó la vida» pero ahora que «no se quejen», ante lo que parece que van a emprender.
Grigsby es el más visceral de los agentes a sueldo de la propaganda de los Ortega-Murillo, y en su programa matutino, Sin Fronteras, del miércoles 24 de mayo, a través de la radio piñateada La Primerísima, arremetió contra los empresarios Carlos Pellas, del Grupo Pellas y Ramiro Ortiz Mayorga, del Grupo Promérica-Banco de la Producción (Banpro), a quienes señaló de haber financiado el llamado «golpe de estado» del 2018.
Igualmente atacó a los empresarios Ernesto Fernández Holman y Piero Coen, a quien acusó de tener una «lavandería de dinero ilícito». Coen es el propietario de la empresa de remesas Western Union en el país.
Sobre Pellas y Ortiz, el propagandista los acusó de financiar al organismo Diálogo Interamericano, con sede en Estados Unidos, para «la compra de armas» durante las protestas sociales del 2018. «La fase armada del golpe, que desató EE.UU. fue parcialmente financiada por los magnates», afirmó temerariamente, Grigsby, mientras leía un papel en el que, según él, tenía los nombres y montos aportados.
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«Toda esta pandilla financió compra de armas, sostenimiento de los tranques, la campaña de desinformación y de calumnias», acusó Grigsby. También atacó al opositor recientemente desnacionalizado Manuel Orozco, integrante de Diálogo Interamericano, a quien llamó agente de la CIA.
Las amenazas
«Se salvaron en esa peinada que hizo el presidente Ortega de los cabecillas de la fase armada del golpe somocista (refiriéndose al encarcelamiento y destierro de líderes opositores). Estos delincuentes de saco y corbata quedaron indemnes, impunes, (pero) los magnates andan buscando su camino», vociferó, sin atreverse a develar si el «camino» sería la cárcel o el destierro.
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Grigsby, cuyas amenazas han sido la antesala a las acciones criminales de la dictadura contra opositores, insistió en que «se les perdonó la vida, (a los empresarios), porque había suficiente documentación y pruebas de lo que ellos hicieron en la fase militar del golpe».
Según los papeles que mostró Grigsby, Carlos Pellas y Ramiro Ortiz Mayoga aparecen como integrantes del Consejo de Liderazgo del Diálogo Interamericano. Acusó que esos empresarios nicaragüenses habrían donado, de su capital, entre 55 mil y 99 mil dólares a esa organización.
«Ramiro Ortiz y Carlos Pellas, saben a quién se los están dando (el dinero), ellos saben cuál es el propósito de esa plataforma (Diálogo Interamericano) y a sabiendas de eso, están financiando, ¿Qué quieren hacer entonces? ¡Están provocando! ¡No escarmientan! Siguen en las mismas, entonces cuando les caiga la teja, van a decir: ¡qué barbaridad, qué horrible!», amenazó el vocero orteguista.
Peligrosa arremetida contra el gran capital
Consultado por Artículo 66 sobre estas amenazas, Manuel Orozco, de Diálogo Interamericano, dijo que «los monólogos de Grisby son herramientas de desinformación, desprestigio y mentiras disfrazadas de noticia, con el propósito de anunciar alguna medida punitiva para consolidar su represión».
Le preguntamos directamente si Pellas y Ortiz financiaban a este organismo. Orozco dijo no saber, pero que tampoco creía que eso fuera cierto.
Destacó que él, como consultor internacional, y la institución atacada por Grigsby tienen prestigio y gozan de respeto en América Latina, tanto es así, según afirma, que el embajador de la dictadura en Washington, Francisco Campbell, asiste a todas las actividades de Diálogo Interamericano, que convoca a altas personalidades del continente.
En tanto, para el dirigente opositor y excarcelado político desterrado Félix Maradiaga, lo dicho por Grigsby puede estar marcando una peligrosa escalada represiva, enfilada hacia los grandes empresarios del país.
Maradiaga señala que se debe tomar en cuenta que Grigsby es un vocero de los Ortega-Murilllo, escogido para anunciar los próximos pasos de represión.
Por esa razón analiza que el ataque de Grigsby contra los empresarios «no es cosa menor, sino un indicador de que en los próximos días o semanas se llevará la represión hacia ese sector. El terrorismo fiscal, la expropiación y la persecución contra pequeños, medianos y grandes empresarios», advierte el exreo político.
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«Seguramente viene una escalada mayor de confiscaciones, que incluirá grupos empresariales con los cuales incluso en el pasado el régimen tuvo una buena relación», insistió.
Durante su programa, el agitador político de la dictadura también arremetió contra lideres políticos de Latinoamérica, a quienes atacó con fuertes insultos y acusaciones, porque, según él, forman parte de la directiva del Diálogo Interamericano.
Se refirió a la expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, como «delincuente y ladrona». A la expresidenta de Chile y exalta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, también la llamo delincuente y calumniadora. Ese mismo calificativo acusador disparó contra los expresidentes de Chile, Ricardo Lago y Sebastián Piñera, igual llamó a los exmandatarios Fernando Enrique Cardozo, de Brasil; Luis Guillermo Solís, de Costa Rica; Jorge Quiroga, de Bolivia y Juan Manuel Santo de Colombia. «Son delincuentes», acusó Grigsby.