Luego de «la cacería» del régimen de Nicaragua, ejecutada la noche del miércoles, tres de mayo, contra más de 50 ciudadanos, el rechazo y condena por esta ola represiva no se hizo esperar por opositores y defensores de derechos humanos.
Para la exrea y desterrada política Suyen Barahona «el régimen de Ortega sigue desnudándose como un régimen dedicado a la violación sistemática de los derechos humanos».
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Remarcó que la dictadura de Nicaragua está generando terror a lo interno del país, con el propósito de «limpiar y desarticular la resistencia y cualquier esfuerzo de organización».
«Esto es una represión en contra de todos los que no son de ellos —simpatizantes de la dictadura de Ortega— porque saben que está sustentado su poder en las armas y que enfrentan una crisis entre sus propias bases, que es una base pírrica, porque están descontentos por los embates de la represión (…)», subrayó.
Además dijo que las consecuencias para la dictadura son inevitables por la ola represiva que cada día se recrudece. «Creo de todos los rincones del mundo va a continuar la demanda de libertad para todos las y los presos políticos y se continuará con la demanda de justicia para los asesinados».
Por su parte, el secretario ejecutivo del Centro de Asistencia Legal Interamericano en Derechos Humanos (Calidh), Danny Ramírez-Ayérdiz, afirmó que el nuevo escenario que plantea Ortega es el terrorismo de Estado, «que es un nuevo patrón de violación de derechos humanos».
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Indicó, además, que esta acción arbitraria es un patrón que busca mantener bajo completa subordinación a personas que todavía quedan haciendo oposición, y que lo que busca el Estado de Nicaragua «es demostrar que puede desaparecer cualquier resquicio de oposición en Nicaragua».
«Por eso utilizan metodología propia de terrorismo de estado, comenzando con las detenciones y redadas nocturnas que no tienen ningún sentido ni ninguna explicación jurídica porque están prohibidas las detenciones de noche, al menos de que los casos sean en flagrancia», explicó el defensor de derechos humanos.
Marlon Caldera, integrante del consejo político de la Unidad Nacional Azul y Blanco, recordó, por su parte, que la ola represiva de Ortega se ha extendido a los departamentos de Managua, Chontales, Masaya, Granada, Madriz, Chinandega, Rivas, Estelí, Nueva Segovia, la Costa Caribe, y que este día continúan los allanamientos, confiscaciones de bienes y detenciones arbitrarias.
Este jueves, cuatro de mayo, la justicia de Nicaragua acusó a la mayor parte de los detenidos por supuesta conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional, delito frecuente con el que la dictadura orteguista ha arremetido contra todos los opositores.