Monseñor Silvio José Báez Ortega, obispo auxiliar de Managua, calificó de «ladrones y bandidos» a los dictadores, a quienes señaló de «disfrazarse de políticos, pero que en realidad son delincuentes y criminales».
Su homilía, desde la iglesia Santa Agatha, en Miami, Estados Unidos, basada en la parábola del «buen pastor» y de la «puerta que nos lleva la libertad y a la vida verdadera», el prelado indicó que en la actualidad el rebaño del que habla el texto es el pueblo, «que se ve continuamente amenazado por “ladrones y bandidos” que “vienen solo a robar, matar y destruir” (Jn 10,10)».
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«En tiempos de Jesús eran “ladrones y bandidos” también los líderes mesiánicos que engañaban a la gente, ilusionando con falsos mensajes de liberación y con rebeliones violentas que acababan en dramáticos derramamientos de sangre. Eran “ladrones y bandidos” también los poderosos de la época, a quienes Jesús en Galilea había visto actuar con inhumana crueldad contra la gente sencilla: los terratenientes, los usureros, los soldados», contextualizó.
Llevando la historia bíblica a la realidad que vive la sociedad, especialmente Nicaragua, el religioso señaló que en la actualidad «son ladrones y bandidos los que promueven discordia y confrontación entre la gente que sueña por su liberación, los que se disfrazan de demócratas, pero en el fondo le hacen el juego al poder».
Agregó, que «son “ladrones y bandidos” también los que adoran sus riquezas como a un dios y son incapaces de sacrificarlas por un cambio social auténtico en favor del bien común».
Aludiendo al régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, monseñor afirmó que son ladrones y salteadores los que «prefieren ver a la gente sin iniciativa, sin dignidad y sin futuro, quienes no se interesan para que el pueblo camine y construya un porvenir más justo y digno, quienes tienen miedo de que la gente piense, se exprese y sea crítica (…)».
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A diferencia de los poderosos que se disfrazan de pastores, Báez dijo que el «verdadero pastor entra por la puerta del redil y “las ovejas escuchan su voz”, pues su voz es distinta. Jesús no impone mandamientos rígidos, no dice nada que provoque miedo, ni pronuncia palabras engañosas».
«Él —Jesús— no ha venido a dañar y a oprimir. Él llama a sus ovejas, “una por una” (Jn 10,3). Cada uno de nosotros es único e irrepetible. Cada uno tenemos un nombre y una historia que Jesús conoce y así nos ama. Nos ama personalmente, tal como somos. Para él no somos una masa anónima. La masificación de las personas es contraria al amor y la despersonalización solo propicia el dominio despótico», exhortó.
«Jesús no deja que sus ovejas vivan sometidas a poderes injustos»
Por otra parte, el jerarca subrayó que Jesucristo no deja que sus ovejas vivan sometidas a poderes injustos, ni aprisionadas por ningún poder humano. «Jesús nos saca de los rediles que esclavizan y de los refugios que aíslan», destacó.
«Jesús es pastor de un rebaño en salida, frente al cual él va delante indicando el camino e infundiendo confianza y esperanza. Sus ovejas confían en el pastor que va frente a ellas, ven el camino que toma, saben que es seguro, saben que al final de esa fila está el olor de la vida. Un pastor auténtico propicia libertades no provoca miedos», remarcó.
En referencia a la puerta de vida eterna que simboliza Jesús, el purpurado manifestó «hoy más que nunca debemos ser como Jesús, puertas abiertas unos para con otros, de tal manera que podamos vivir con compasión, comprensión y solidaridad».
El mensaje del obispo llega en un contexto en el que la dictadura de Nicaragua ejecuta una ola represiva contra la Iglesia católica y el pueblo, a quienes encierran, condenan, destierran y persiguen, entre los que está monseñor Rolando Álvarez, actual rehén de conciencia de la dictadura de Ortega y Murillo.