Durante la lección inaugural del ciclo académico 2023 de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), Laureano Facundo Ortega Murillo, hijo de la pareja presidencial, aseguró que «la dictadura mundial del dólar» está llegando a su fin y a su vez, está naciendo un «nuevo orden mundial».
«Retos y Oportunidades de la Educación Superior en un mundo multipolar para alcanzar el buen vivir», fue el tema de la lección inaugural del ciclo académico 2023 de la UNAN-Managua ofrecido por Ortega Murillo, quien es asesor presidencial para Inversiones, Comercio y Cooperación Internacional, aunque a lo largo de los últimos 10 años parasitando el dinero público, el hijo de la pareja de dictadores no ha concretado ninguna de sus elucubraciones.
De acuerdo con los medios oficialistas, el hijo predilecto de Ortega Murillo resaltó en su intervención las alianzas de futuro que se vienen forjando en «el nuevo mundo que se viene formando», liderado por los países de China, Rusia, Irán, la India y los países árabes.
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«Estamos ante el nacimiento del mundo multipolar, donde el hegemonismo histórico de Estados Unidos y sus serviles europeos y canadienses, deja de existir y sus presiones y sus chantajes políticos y económicos pierden fuerza y beligerancia. Gracias a Dios», sostuvo Laureano.
«Ahora tenemos ese poderoso frente común que viene conformando la República Popular China, la Federación de Rusia, India, los países árabes, República Islámica de Irán y nuestra América Latina y Caribeña. Y es propiamente aquí, donde considero que nuestras universidades deben tener una especial atención de cara a los retos y oportunidades para la Educación Superior», animó el soñador Laureano.
Laureano Ortega Murillo también señaló que «de cara a la formación de los nuevos profesionales en todas las disciplinas debemos tener claridad que los países como China, Rusia, Irán, la India, son ahora quienes investigan y desarrollan las tecnologías del futuro y nos abre las puertas para una cooperación mutuamente beneficiosa basada en el respeto y la no intromisión en los asuntos internos de cada Estado».
«Igualmente los países árabes, China son grandes centros financieros mundiales, con capacidad y voluntad de desarrollar mecanismos de cooperación financiera a través de préstamos, inversiones y proyectos, y programas mixtos», agregó.
«Nueva realidad mundial»
En relación con lo anterior, el hijo de la pareja presidencial resaltó que «ya se están llevando a cabo transacciones e intercambios sin usar el dólar estadounidense, es decir, se da por terminada la dictadura mundial del dólar».
«Nicaragua no puede ni debe quedar excluida en esta nueva y tan necesaria modalidad de trabajo y cooperación financiera», apuntó.
Por ende, instó a los universitarios «a considerar con suma atención y prioridad la nueva realidad mundial, esto de cara a la formación y desarrollo de nuestras propias capacidades, y fomentar e inculcar en nuestra juventud y en los empresarios nicaragüenses de toda índole a poner la mirada “siempre más allá”», dijo, con lo que redujo todos sus esfuerzos a la repetición de la propaganda impuesta por su madre.
Laureano Ortega Murillo también consideró de suma importancia la formación profesional en el campo de la diplomacia, «de manera que se pueda contar con nicaragüenses que representen en todos los espacios locales e internacionales, donde se defiende el derecho a la autodeterminación y representar dignamente a nuestra Nicaragua».
Laureano Ortega ha sido el rostro del fracaso de las mega promesas de la dictadura de sus padres. El supuesto tenor fue el rostro más visible de la familia Ortega-Murillo propagandizando el fallido proyecto del canal interoceánico, el cual se entregó en concesión desde el 2013 a un oscuro empresario chino. En ese entonces, Laureano y el desaparecido Telémaco Talavera, ahora desterrado en Europa, ofrecían que a más tardar en el 2020 los nicaragüenses verían los buques gigantes atravesar el territorio nacional del Atlántico al Pacífico. El canal interoceánico se quedó en los sueños de Laureano.
Más tarde, Laureano ofreció una mega industria productora de vacunas rusas en el país, en la que, según sus promesas, sería la productora de la vacuna contra el COVID-19. Su funcionamiento se mantiene en la sombra.
Igualmente prometieron la instalación de un satélite que Nicaragua pondría en órbita en el 2015. Era identificado como el proyecto Nicasat-1, una ambiciosa promesa que revolucionaría las comunicaciones en el país. Otra vez, Laureano mostró su falacia y el fracaso de sus ideas, con las que también ha embaucado a sus propios padres.
Con estos tres simples ejemplos públicos, el hijo de la pareja Ortega Murillo se desacredita solo como «conferencista» y la Unan-Managua expone a sus estudiantes a promesas de opios que terminan dejando en ridículo a la totalidad del sistema universitario controlado en base a propaganda y sumisión partidaria.