La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) condenó «los nuevos actos de violencia letal contra las comunidades indígenas Mayangna en Nicaragua», que dejó como resultado el asesinato del líder indígena y guardabosques Bernabé Palacios Hernández, de 44 años.
El pasado lunes, 24 de abril, líderes comunitarios denunciaron que «el asesinato fue llevado a cabo por colonos armados en la parcela agrícola familiar, ubicada en el sector conocido como Siwah Asang».
Asimismo, detallaron que con la muerte de Bernabé, muchas familias se vieron forzadas a abandonar la comunidad hacia lugares cercanos, con el objetivo de salvaguardar sus vidas.
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Ante la ola de violencia en la zona, los comunitarios se declararon en alerta roja e instaron a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo a esclarecer los casos de asesinatos y ataques que han sufrido los mayangnas a manos de los colonos y ponga tras las rejas a los responsables de los crímenes.
«Llamamos una vez más al Gobierno de Nicaragua a asumir su responsabilidad en la garantía del derecho a la vida de las comunidades indígenas y a garantizar el derecho de propiedad comunal», señalaron.
Por su parte, la OACNUDH expresó su profunda solidaridad con la familia del líder indígena asesinado por los invasores y con la comunidad Mayangna Sauni AS «quien, una vez más, sufre un ataque armado en el contexto de la defensa de su tierra».
Además, exhortó al régimen de Ortega Murillo a «investigar, procesar y sancionar a quien resulte responsable».
La dictadura orteguista ha mantenido una postura hermética sobre esta situación, que ni siquiera con las resoluciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha hecho que el Estado ponga cartas en el asunto.