SpaceX aplazó el lunes el primer vuelo de prueba de Starship, el cohete más poderoso jamás construido y concebido para enviar astronautas a la Luna, Marte y más allá.
El despegue se suspendió minutos antes de la hora prevista debido a un problema de presurización en la etapa de impulsión, según informó SpaceX.
El fundador de SpaceX, Elon Musk, dijo que una válvula de presión parecía estar congelada, lo que obligó a posponer el lanzamiento previsto para 1320 GMT) desde Starbase, el puerto espacial de SpaceX en Boca Chica, Texas.
“Anticipamos un mínimo de 48 horas antes de que podamos intentar este vuelo de prueba nuevamente”, señaló un empleado de SpaceX en un video en vivo emitido por la compañía.
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De todas formas, estaban fijadas fechas para próximas pruebas durante la semana, algo que e Musk, ya había considerado.
Musk había dicho el domingo durante un evento en la red Twitter Spaces que “es un vuelo muy riesgoso”. “Es el primer lanzamiento de un muy complejo y gigantesco cohete”, destacó.
“Hay un millón de formas en las que este cohete puede fallar. Vamos a ser muy cuidadosos y si vemos cualquier cosa que nos preocupe, lo pospondremos”, había adelantado.
– Super cohete –
La agencia espacial estadounidense NASA escogió la nave espacial Starship para llevar astronautas a la Luna a finales de 2025 -en una misión bautizada Artemis III- por primera vez desde que el programa Apolo finalizó en 1972.
Con su altura de 120 metros, Starship pertenece a la categoría de lanzadores superpesados, capaces de transportar más de 100 toneladas de carga a la órbita. Su potencia de despegue debe ser más del doble que la del legendario Saturno V, el cohete del famoso programa lunar Apolo (111 metros).
Starship consta de una cápsula reutilizable de unos 50 metros de altura que transporta al equipo y la carga ubicada en la parte superior del propulsor Super Heavy de primera fase, de unos 70 metros.