El dictador Daniel Ortega aprovechó una reunión con el presidente de la Agencia China de Cooperación Internacional para el Desarrollo, Luo Zhaohui, en su casa en El Carmen, para volver a hablar del «intento de golpe de Estado» del 2018, una rebelión cívica que el régimen sandinista atribuye a una acción dirigida y financiada por Estados Unidos.
En su intervención, el caudillo sandinista volvió a insultar a los obispos de la Iglesia Católica, a quienes acusa de haberle leído un «ultimátum», en el que, según narró, los miembros de la Conferencia Episcopal le habrían pedido que desmontara las instituciones del Estado, la Policía y el Ejército.
«Todos los Obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua nos pidieron una Reunión, los recibimos, y nos llegaron a leer un Ultimátum. ¿Para qué? Para que desmontáramos todos los Poderes del Estado: el Poder Judicial, el Poder Electoral, todos los Poderes del Estado, todos, Policía, Ejército, todos, y que nos daban una semana de plazo».
Aprovechó su reunión con el funcionario chino para despotricar contra Estados Unidos, y de paso se refirió brevemente a la lista de presos políticos, que según las organizaciones de víctimas y familiares de reos, sumarían 35 restantes que no fueron incluidos entre los 222 desterrados el pasado nueve de febrero, más unos 21 que habrían sido capturados durante los días de la Semana Mayor.
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«Ahora están inventando que hay más presos políticos, entonces yo les digo a todos esos gobiernos, junto con el de Estados Unidos, que hablan de que hay más presos políticos, que nos pasen la lista y que se los vamos a mandar», dijo desafiante, con notable interés de desterrar a cualquier crítico de su gobierno, tal y como ha hecho por década la dictadura de Cuba, a quien Ortega tiene como su referente de abusos y crímenes impunes.
«Días muy tensos»
El tirano sandinista también confesó que ha pasado «días muy tensos», aunque no se atrevió a hablar de la persecución desatada contra la iglesia católica, a quien prohibió hasta las procesiones de la Semana Santa, ni de los 21 nuevos secuestrados, entre los que figuran líderes juveniles, una cantante católica de Niquinohomo que había sido excarcelada en el 2019 y de un periodista que cubría las festividades religiosas.
«Estos días han sido muy tensos porque son los días en que se cumple el quinto aniversario del intento de golpe de Estado, entonces han hecho todos los intentos habidos y por haber, los organismos de inteligencia yanqui para provocar otro estallido y no han podido… Porque tenemos un pueblo que sabe lo que significa la paz, porque recuperamos totalmente la paz y estamos en un periodo de crecimiento, de ir mejorando las condiciones de todas las familias nicaragüenses», dijo Ortega.
En su afán de congraciarse con China, Ortega también se lanzó en insultos contra Taiwán, país con el que rompió relaciones el 10 de diciembre de 2021. Lo llamó «base militar yanqui» y hasta dijo que Taiwán había financiado a la Contra (grupo armado antisandinista) en los años 80.
Aunque durante los primeros 14 años de su mandato Ortega se aprovechó de la cooperación taiwanesa, dijo al enviado chino que su gobierno recibió invitaciones para visitar Taiwán «pero nunca aceptamos visitar esa base militar yanqui», insistió.
Ortega is a murderer, rapist and thief.