La eurodiputada Soraya Rodríguez recordó los cinco años de la rebelión de abril del 2018, donde miles de autoconvocados de Nicaragua se levantaron contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
La parlamentaria señaló, en su cuenta de Twitter, que este es otro año de resistencia pero también de impunidad «de una dictadura cada vez más cruel».
Noticia relacionada: Eurodiputada Soraya Rodríguez exige a Ortega el cese de los ataques a la Iglesia católica
En referencia a los últimos episodios de asedio y represión, y mayormente en contra de la Iglesia católica, Rodríguez dijo que «estos días han demostrado cómo la neurosis del régimen por el control absoluto lleva a que cualquier núcleo de personas reunidas con un interés común sea considerado como amenaza», por lo que aseguró que se necesita «reforzar las acciones contra la dictadura».
Subrayó que ayer jueves, 13 de abril, organizó un encuentro junto a la Red Internacional de Derechos Humanos Europa en América Latina (RIDHE), sociedad civil y el representante para los derechos humanos, Eamon Gilmore. «Seguimos junto al pueblo de Nicaragua», enfatizó, sin hacer mención de los motivos de la reunión.
En un reciente artículo, publicado en el diario digital El Independiente, la eurodiputada afirmó que «el modelo de actuación se agudizó desde 2018, pero el surrealismo continúa en el gobierno de Nicaragua para mayor escarnio de sus víctimas».
Noticia relacionada: Eurodiputada Soraya Rodríguez cataloga de «emergencia humanitaria» la situación de los presos políticos en Nicaragua
Remarcó que el destierro y la condena a la desaparición civil masiva es una medida prácticamente sin precedentes. «Una persecución explícita de cualquier tipo de disidencia política que comenzó de forma más dirigida en abril de 2018, y que se agravó paulatinamente desde mayo de 2021 en la estrategia y los medios utilizados contra la disidencia».
«Hoy podemos reiterar que Ortega y Murillo han implantado una de las dictaduras más inhumanas. En Nicaragua hay una estrategia para ejercer la crueldad de forma sistemática como herramienta política para reprimir la disidencia», subrayó.
Tras estos cinco años de rebelión cívica, y donde Ortega sigue arremetiendo contra el pueblo de Nicaragua, la parlamentaria enfatizó que «en la huida hacia adelante de Ortega, cualquiera puede ser disidente, cualquiera puede ser enemigo».
El régimen de Ortega mantiene tras las rejas a más de 30 presos políticos, ha desterrado y quitado la nacionalidad a más de 300 nicaragüenses, y en vez de solucionar la crisis del país, ha declarado el 19 de abril, Día Nacional de la Paz, con el objetivo, según opositores, de intentar que el pueblo olvide sus crímenes de lesa humanidad.