El medio de comunicación salvadoreño El Faro informó que ha instalado su estructura administrativa y legal en Costa Rica, como una medida para proteger a su redacción de la creciente persecución que ha emprendido el presidente Nayib Bukele.
A través de un comunicado difundido por El Faro, el medio salvadoreño informa que tras 25 años de hacer periodismo en El Salvador bajo la administración de la empresa Trípode, S.A., de C.V., ahora funcionará bajo el paraguas legal de la Fundación Periódica, con sede en San José.
«Nuestra redacción seguirá en San Salvador y seguiremos haciendo periodismo en El Salvador. Pero nuestra operación administrativa y legal ya no. Ahora somos un periódico centroamericano con sede en San José. Es la culminación de un proceso que emprendimos hace unos meses ante la falta de condiciones para seguir operando en El Salvador», detalla El Faro en su comunicado.
No abandonan a El Salvador
No obstante su decisión, El Faro reafirma su voluntad de continuar trabajando en su país de origen. «Sacamos a El Faro pero nuestra redacción seguirá haciendo periodismo en El Salvador. No dejaremos de informar sobre el país que está en el centro de nuestra cobertura», advierten.
«Nuestro periodismo, pues, no se va a ningún lado. La mudanza es justamente para continuar haciéndolo de manera independiente y crítica, menos vulnerables a las arbitrariedades del régimen. Nos vamos para quedarnos», dice el medio, sin precisar en qué condiciones estarían operando sus redactores que podrían quedar expuestos siempre a la persecución del Estado.
Bukele, el absoluto
El medio salvadoreño, que en los últimos años ha denunciado persecución, espionaje y constantes intentos de criminalización por parte del gobierno Bukele, justificó su salida de su país por «el desmantelamiento de nuestra democracia, la falta de controles al ejercicio del poder de un pequeño grupo, los ataques a la libertad de prensa y el cierre de todo mecanismo de transparencia y rendición de cuentas (que) en El Salvador amenazan seriamente el derecho ciudadano a estar informado».
Durante la administración Bukele, agrega El Faro, «hemos sido objeto de campañas de deslegitimación y difamación originadas en Casa Presidencial; hemos enfrentado seguimientos físicos y amenazas; espionaje con Pegasus; acoso a anunciantes y difamaciones de funcionarios y diputados del partido oficial. Pero, sobre todo, hemos enfrentado múltiples auditorías del Ministerio de Hacienda, con acusaciones fabricadas a las que seguimos respondiendo y apelando en todas las instancias administrativas y judiciales correspondientes, a pesar de saber que en El Salvador ya no hay división de poderes; el presidente incluso utilizó una cadena nacional de radio y televisión para falsamente acusarnos de lavado de dinero».
El Faro es el medio de comunicación de investigación más prestigioso en El Salvador. En su haber acumula destapes de casos de corrupción de los gobiernos de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), como el exmandatario Antonio Saca; de los expresidentes de izquierda Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN); y ahora del mismo Bukele.
En los últimos tres años, el gobierno Bukele ha emprendido una operación antipandillas, que supuestamente ha convertido a El Salvador en el país más seguro del continente, según la propaganda oficial. El Faro, lo atribuye a «negociaciones debajo de la mesa» con las maras. El medio de comunicación también denuncia que debido a esa misma voluntad de esconder ese pacto con las estructuras criminales fue que el gobierno aprobó una ley que amenaza a periodistas y medios de comunicación que publiquen noticias sobre la delincuencia local.
Con esta ley, el régimen intenta «que dejemos de publicar información sobre las negociaciones secretas entre Bukele y los líderes de las tres principales pandillas, en las que el gobierno, entre otras cosas, se comprometió a no extraditarlos hacia Estados Unidos a cambio de que bajaran las tasas de homicidios y apoyaran la elección de diputados de Nuevas Ideas en las legislativas de 2021».