Un colono fue asesinado la tarde del lunes, 10 de abril, en los bosques de la comunidad de Sangnilaya, territorio de Twi Yahbra, municipio de Puerto Cabezas, así lo informó la organización Prilaka Community Foundation, a través de su página oficial en la plataforma de Facebook.
La información detalla que la víctima, identificada con el sobrenombre de «Cuajipal», y quien se había tomado ilegalmente tierras de la comunidad, fue atacado por una banda de colonos mientras se bañaba con su esposa en el río Dahpat, un brazo del río Lakus.
«Cuajipal fue trasladado muy grave a la comunidad de Sangnilaya, donde falleció a eso de las 4:30 de la tarde», agregó Prilaka. Otra fuente reveló en condición de anonimato a Artículo 66, que el colono asesinado era un líder de banda armada de la zona, «y que estuvo desde hace varios años imponiendo el terror y ocupando tierras a la fuerza».
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La organización indicó, que tras este hecho, queda confirmada las innumerables denuncias sobre la presencia de bandas armadas en las comunidades indígenas.
Aseveró que en los bosques de las comunidades operan al menos cinco grupos armados; «uno que era liderado por Cuajipal (q.e.p.d.), otro liderado por el Barbón, otro liderado por el Coto, otro liderado por Delvin y otro liderado por el Mechudo. En las comunidades no se sabe el nombre de estas personas», explicó.
Otra de las situaciones que señaló Prilaka Community Foundation es la alta inseguridad física y colectiva de los comunitarios en sus áreas de trabajo, «lo que pone en riesgo las actividades de preparación de cultivo para la primera de este año 2023».
Ante estos crímenes en contra de indígenas y ahora entre los mismo colonos, la organización demandó «la urgente necesidad» de avanzar con el proceso de saneamiento del territorio, judicializando a todas las bandas armadas y a los traficantes de tierras de las comunidades, «sean colonos o indígenas, así como creando condiciones para que no haya más invasiones».
Rechazo a política de cohabitación con colonos
Por otra parte, las comunidades SIPBAA rechazaron la política de cohabitación con colonos que, según denuncian, han usado la fuerza y prácticas ilegales para apropiarse de sus tierras.
Entre los motivos que señalan las comunidades para no cohabitar con colonos es que la cultura de las comunidades y la cultura de los colonos son distintas.
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«Para las comunidades la tierra es colectiva, para los colonos la tierra es privada. Para los colonos los bosques deben convertirse en pastizales, para las comunidades los bosques deben ser conservados porque tienen funciones ambientales, sociales, espirituales y sirven para la generación de ingresos cuando hay madera con diámetro de corta».
También manifestaron que el colono pone un cerco y prohíbe la entrada a los potreros, lo que para las comunidades es arbitrario porque afirman que necesitan del derecho a la libre movilidad en sus bosques en pie para cosechar plantas medicinales, cazar, pescar, recolectar miel, entre otras actividades importantes.

«Poner a convivir a dos culturas muy distintas, no solo es promover la colonización cultural de las comunidades, sino también es legalizar y legitimar amplias violaciones de los derechos de las comunidades y de la Madre Tierra. La convivencia pacífica es la forma contemporánea de promover la colonización cultural que acabó con los pueblos indígenas del pacifico, centro y norte del país», recalcaron.
Las comunidades indígenas, según señala Prilaka, llevan 13 años de defensa de sus tierras por métodos pacíficos, sin embargo afirman que se requiere que el Gobierno de Nicaragua asuma la defensa del estado de derecho del que son parte, «dejando atrás la impunidad y avanzando con el saneamiento de los territorios indígenas, para que no haya más violencia, para que quienes están en conflicto no tomen la justicia por sus propias manos».
Finalmente destacaron que llevan 13 visitas a las oficinas de la CONADETI, del Gobierno Regional y de la Policía al servicio del régimen de Daniel Ortega, «y son 13 años de esperar que los políticos cumplan sus promesas de saneamiento y resolución del problema de propiedad de las comunidades SIPBAA».