A propósito de los cinco años de la rebelión cívica del 2018, la vicepresidente de Nicaragua, Rosario Murillo, dijo que este mes de abril lo ha decretado «mes de la paz».
Obviando las acusaciones de organismos defensores de derechos humanos y la comunidad internacional, que afirman que su régimen cometió crímenes de lesa humanidad, la portavoz de Ortega afirmó que «en estos días y en esta semana estamos celebrando como pueblo de Dios días de paz y bien».
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«Estos son días y mes de tiempo de paz. Vamos adelante en nuestra Nicaragua bendita (…) En familia y comunidad, llenos de esperanza y de fe, y así estamos, bendecidos, prosperados y en victoria», afirmó la vice dictadora.
Casi un millón de feligreses visitaron templos, según Murillo
En cuanto al informe de incidencias en la recién pasada Semana Santa, la primera dama agradeció a las instituciones del Estado por considerar que «se hizo un buen trabajo», pero omitió las más de 20 detenciones arbitrarias en contra de opositores y feligreses católicos.
«Hicimos un buen trabajo que nos permitió garantizar a las familias en todo momento la salud, la seguridad (…), para disfrutar nuestras vacaciones, cuidados por este gobierno presidente», dijo.
Pese a que la dictadura de Nicaragua prohibió procesiones y otras actividades religiosas en esta Semana Santa, la vocera gubernamental anunció que 915 mil 975 feligreses participaron en actividades promovida por la Iglesia católica y evangélica.
Imponiendo su autoritarismo, la vicemandataria señaló que fue «importante toda la actividad religiosa que se desplegó en templos, en iglesias, de acuerdo a la cultura de paz y de bien, esa paz que resguardamos fervorosamente con el mandato de Cristo Jesús».
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«Fue una semana que transcurrió en alegría, alegría de vivir tranquilos, seguros como hermanos, en amor al prójimo», agregó la esposa del dictador Daniel Ortega.
Sin embargo, una vez más, no dio detalles de las recientes capturas en contra de religiosos que intentaron salir a las calles en procesiones o para conmemorar la pasión de Cristo.
Por otra parte, destacó que cuatro millones 877 mil 645 nicaragüenses participaron en actividades propias de la Semana Mayor, lo que para Murillo fue un récord en comparación a años anteriores.
La alocución de la coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía culminó sentenciando que Nicaragua lo que quiere es «trabajo y paz» y que su dictadura avanza «tranquila y segura en estos tiempos de victoria y de concordia».