El Consejo Nacional de Pastores Evangélicos de Nicaragua, a través de una carta pastoral, cerró filas a favor del dictador Daniel Ortega, a quien reconocen como «nuestro presidente» y lo señalan de ser víctima de «conspiraciones imperiales». Además, arremetieron en contra del Vaticano y Estados Unidos.
Los religiosos, que «representan a más de 200 congregaciones de distintos barrios de Managua», manifestaron que las declaraciones que hizo el papa Francisco sobre Ortega son «disputas temporales de pecado que tienen que ver más con el reino de este mundo que con los negocios del Reino de Dios».
El pasado 10 de marzo, el pontífice, en entrevista con Infobae, subió el tono de sus críticas a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, llegando a comparar su forma de gobernar con la dictadura de Adolf Hitler o las tiranías comunistas del siglo XX.
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Los pastores aseguraron que recibieron «con profundo dolor y tristeza (…) las palabras pronunciadas por el papa Francisco en contra de nuestro presidente».
Por su parte, los líderes evangélicos, ignorando la represión y persecución que mantiene la dictadura orteguista contra la Iglesia católica, indicaron que no son jueces «ni pretendemos serlos, pero sí es nuestro deber levantar nuestra voz pastoral y profética en estos tiempos de enormes retos y desafíos para nuestro pueblo».
Pastores arremeten contra El Vaticano y Estados Unidos
En la misiva divulgada por los medios oficialistas del régimen, los religiosos arremetieron contra el papa Francisco y la Santa Sede, al señalar que ellos han constatado «el sufrimiento del pueblo de Nicaragua, causado por poderes temporales de pecado, que según la profecía bíblica están claramente tipificadas en las Sagradas Escrituras en las profecías de Daniel».
Los pastores también se refirieron a Estados Unidos con los mismos términos que el régimen utiliza contra el país norteamericano. «Las visiones proféticas del libro del Apocalipsis no hablan claramente de una bestia que sale del mar, lo cual hace ineludible concluir se trata de un formidable poder imperial que en el lenguaje figurado de Pablo es presentado como una bestia», indicaron.
«Si las Sagradas Escrituras constituyen «la regla infalible de fe y conducta que nos guía de la tierra a los cielos» y gran parte de la Biblia está dedicada a la profecía sobre los tiempos del fin, podemos concluir que el Espíritu de Dios, que su palabra no nos dejaría en la incertidumbre de conocer las poderosas maquinarias del pecado que mediante fuerzas económicas, militares y religiosas controlan hoy la suerte, la vida, y la muerte de millones de seres humanos que no viven una vida digna, gracias a maquinaciones de los reinos de este mundo actualmente bajo el control de Satanás», apuntaron.
Asimismo, los religiosos reconocen que en Nicaragua «hay penurias económicas», pero la situación no se la atribuyen al régimen orteguista sino a Estados Unidos, pues señalaron que la crisis «obedece a factores humanos producto de conspiraciones imperiales que claramente apuntan a bestias apocalípticas».
«Frente a este sombrío panorama de un poder imperial todopoderoso que decide quién compra y quién vende en este mundo, junto a otro poder satánico que decide quién entra o no entra al reino de los cielos, constatamos que el reto va mucho más allá de nuestras fuerzas humanas como nos ilumina la palabra de Dios. La solución a nuestros problemas terrenales y espirituales jamás podrá provenir ni de Washington ni de Roma», agregaron.
Los pastores también instaron a los jerarcas de la Iglesia católica a «abandonar estilos de vida que ofenden a los humildes».
Además, demandaron al regimen de Ortega Murillo que respete el artículo 14 de la Constitución Política de Nicaragua que establece que «el Estado no tiene religión oficial».
«Pedimos al gobierno nicaragüense exonerar a los empleados estatales y militantes partidarios evangélicos de toda obligación de participar y/o promover actividades religiosas reñidas con nuestros principios bíblicos, siempre y cuando la persona así los solicite. Pedimos no se tomen medidas disciplinarias contra dichos ciudadanos», concluyeron.