En una entrevista con el diario español El país, el fundador y primer comandante en Jefe del Ejército Sandinista, Humberto Ortega, habló del futuro de su hermano, el dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, quien se impone en el poder desde el 2007 y ha arreciado la represión contra el pueblo nicaragüense desde abril de 2018, pero también habló sobre su cuñada, la vicedictadora, Rosario Murillo.
Humberto Ortega aprovechó su aparición para minimizar a la mujer de su hermano. Le auguró poca capacidad de sostener un gobierno sin Daniel Ortega y le restó importancia al papel que puede ejercer, aun cuando a la propia Murillo se le atribuyen las maniobras más escabrosas para imponer la represión, los crímenes y la persecución contra sus críticos.
Rosario Murillo «tiene el peso que Daniel Ortega le quiera dar», dijo con notable desdén el otrora poderoso jefe militar sandinista y de quien se sospecha todavía tiene influencia política sobre algunos jefes del Ejército, a quienes Rosario Murillo mantiene con halagos y miedo, pero no bajo control.
Sobre la posibilidad de que sea Murillo la que mande en el aparato gubernamental, el hermano de Daniel Ortega insistió que el dictador «públicamente ha dicho, aunque no sea constitucional, que para él ella es copresidenta. Está diciendo que ahí mandan él y ella. No hay que investigar mucho», expresó.
Sin embargo subrayó que pese a que el mandatario quiere darle mayor importancia de la que tiene su vocera. El fundamental en el mando de Nicaragua es el propio Daniel Ortega, «por eso yo nunca menciono a nadie más que a él, porque sin Daniel Ortega no hay nadie que pueda sostener esta situación en Nicaragua».
«Yo siempre hablo de Daniel Ortega, sin tratar de irrespetarla a ella —Rosario Murillo—, porque él es responsable de lo que pasa en Nicaragua. Yo no puedo estar viendo el lente a través de ella», afirmó el exgeneral.
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Pensando en una posible Nicaragua gobernada por Murillo, el cuñando de la vicepresidenta señala que sería muy difícil y complejo. «Hasta ahora le da toda la fuerza y tiene su derecho, pero veo muy difícil pensar en una situación con ella sola al frente».
Propugna por diálogo entre la oposición y la dictadura
Referente a la búsqueda de una salida a la crisis que vive Nicaragua, Humberto Ortega afirmó que no es posible que haya un diálogo o una negociación entre la oposición y el régimen de su Daniel Ortega y Rosario Murillo, luego que tanto el dictador como sus detractores se culpan entre sí por la deriva que sufre el país.
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Como una especie de intercesor o «salvador», el hermano del dictador dijo que ha tratado de no lamentarse de la situación que atraviesa el país «sino de ver cómo no vuelva a pasar nunca y que Nicaragua no se derrumbe de nuevo».
«Hay algunas fuerzas —de la oposición— que dicen que no se puede negociar con un Gobierno que es criminal, que está acusado de crímenes de lesa humanidad (…) y el Gobierno dice también que ellos son los que causaron la situación en el 2018. No veo que haya otro camino más que buscar de nuevo el encuentro», refirió Ortega a El país.
En cuanto a que si a Daniel Ortega le interesa establecer un diálogo para restablecer un sistema democrático, su hermano dijo que «hay situaciones en las que ya no se trata de seguir imponiendo lo que uno quiere, sino lo que uno debe, aunque no quiera».
Recalcó que es el jefe de Estado, —en este caso su hermano mayor— quien debe tener la iniciativa de buscar una forma de comunicación para generar un diálogo con los mismos opositores a los que ha negado el espacio.
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Anticipándose a las elecciones presidenciales del 2026, el general retirado indicó que para buscar un diálogo, Ortega debe «rectificar todos los excesos en que ha colocado a la oposición, porque con ella excluida no puede haber ningún acuerdo de cara a las elecciones de 2026».
«Si no rectifica, le va a ser muy difícil continuar, se va a aislar y va a ser difícil poder gobernar. Aquí hay problemas serios, de todo tipo, sociales, económicos, de desempleo, de canasta básica. Él —Daniel Ortega— o el partido quieran mantener el rumbo que hasta hoy ha mantenido ya no es posible», remarcó.
«En Nicaragua no hay democracia»
Ante la afirmación del medio internacional de que entre los problemas que vive Nicaragua hay falta de democracia, Humberto Ortega aseveró que en el país «no hay democracia».
«La posibilidad de tener democracia en Nicaragua nace cuando cae Somoza y se legitima con la constitución política de 1987. Ese acuerdo que hicimos con la Contra odiándonos, con los fusiles aún humeantes, los nuestros y los de ellos, donde tuvimos que soltar a los prisioneros que bombardeaban las ciudades, a los torturadores que, en mi caso, mataron a un hermano», recordó.
Señaló que actualmente, hay una dirigencia —a cargo de Daniel Ortega— «que vino de aquellas luchas, —pero— que se ha salido del rumbo democrático y que está marcando un autoritarismo que no es correcto».
Asimismo cuestionó el «desastre» de la posición de opositores políticos a los que acusa de no querer «ninguna negociación porque están esperando que el Gobierno se derrumbe totalmente y que por sí solo se desplome».
Necesaria una comisión de la verdad
Al cumplirse, el 18 de abril, cinco años de las protestas sociales en Nicaragua, que dejó más de 300 asesinados, según organismo de derechos humanos, y que hasta la fecha ningún paramilitar o oficial haya sido juzgados, Ortega indicó que es necesario una comisión de la verdad, para que investigue los crímenes no solo en la actualidad, sino desde los 80.
«Eso es lo que hay que ir a ver a una negociación. Lo práctico sería hacer una comisión de la verdad desde los ochenta hasta la actualidad, porque aquí hay quien cree que todos tenemos que ser juzgados», refirió.
«Hay quien quiere ver en una hoguera y ahorcados a Daniel Ortega y Rosario Murillo. No vamos a dar ese espectáculo de circo. Eso no nos lleva a nada. Yo no estoy tolerando al Gobierno o al Estado y sus excesos», remarcó.
Ortega aseguró no ser partidario del gobernante Frente Sandinista, mucho menos de otra estructura política; sin embargo dijo que sostiene «conversaciones privadas con diferentes personajes de la oposición o del Gobierno, como el propio Daniel, ya no como hermano, sino como presidente».
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En cuanto al tema del secuestro y judicialización en contra de monseñor Rolando Álvarez, el también empresario manifestó que el prelado debe ser liberado y que «enfrentarse con la Iglesia como lo está haciendo (el FSLN) es un error político».
«Enfrentarse a la Iglesia, más en América Latina, en Nicaragua, es un error. El sentimiento cristiano, católico, es muy profundo», concluyó el hermano del dictador de Nicaragua, quien a finalizar el 2022, fue visitado por Daniel Ortega en su casa, donde supuestamente fue por cuestiones de salud, sin embargo, muchos críticos aseguran que el encuentro fue para una mediación para lograr la liberación de los presos político.