Al cumplirse un mes de la excarcelación y destierro de 222 presos políticos de Nicaragua, los ahora declarados apátridas por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo suscribieron un comunicado en el que rechazan el despojo de su nacionalidad y agradecen la solidaridad de países que han ofrecido recibirlos.
La nacionalidad nicaragüense «jamás podrá ser arrebatada por un régimen ilegítimo, criminal y corrupto, que tiene secuestrado por la fuerza de las armas a todo nuestro pueblo. Por el contrario, seguiremos siendo orgullosamente pinoleros, plenamente seguros, como que Dios está vivo, que ¡pronto hemos de regresar a una patria libre para vivir! ¡Porque para ser libres, Cristo nos dio la Libertad! (Gálatas 5:1)» indicaron en el comunicado.
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A su vez, solicitaron «respetuosamente» a los poderes Ejecutivo y Legislativo de Estados Unidos considerar aprobar mecanismos legales para que las y los 222 excarcelados políticos, así como los otros 94 nicaragüenses que fueron ilegítimamente despojados de su nacionalidad, puedan recibir la condición de refugiados o asilados políticos de manera expedita.
El general en retiro Humberto Ortega Saavedra, hermano del dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, insiste en que el régimen y la oposición deben enfocarse en las elecciones presidenciales de 2026 y solucionar la crisis sociopolítica mediante un acuerdo al que llamó «pacto democrático de cohabitación nacional».

Para Humberto Ortega, la llegada de la Semana Santa es ideal para cesar las confrontaciones e iniciar distintas modalidades de comunicación entre las partes, en un «clima que apoyen sin sanciones los gobiernos involucrados, para facilitar alcanzar acuerdos básicos».
Opositores señalaron, por su parte, que el exjefe del Ejército sandinista simplemente se reveló como «cómplice de su hermano», el dictador Daniel Ortega.
«Que no venga Humberto Ortega a pedir esa tal tregua santa aprovechándose de manera oportunista de los aires de Semana Santa porque lo que nos dice a la oposición es que nos sometamos a la situación que está viviendo en Nicaragua y eso no va a ocurrir», manifestó Héctor Mairena, integrante del Consejo Político de la UNAB.

El excarcelado político Miguel Mendoza reapareció ante las cámaras en su primera cobertura periodística desde que salió de las cárceles de la dictadura de Nicaragua, el nueve de febrero.
«¡Wow, cómo se van los días! Hace un mes, a esta hora, estaba aterrizando en el vuelo de la libertad después de 597 días de secuestro. Hoy estoy aterrizando en Miami (Estados Unidos) para mi primera cobertura deportiva en mi nueva realidad como desterrado de la dictadura, tratando de retomar la vida, trabajando como lo he hecho siempre», expresó Mendoza en su transmisión para el medio Divergentes.
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El cronista deportivo se vio rodeado de nicaragüenses que de inmediato lo reconocieron. «¡Qué bien me sentí con tantos abrazos, saludos, fotos y demostraciones de cariño de los nicaragüenses en el estadio Port St. Lucie que llegaron al juego Nicaragua-Mets de Nueva York!», expresó.
El informe publicado por Freedom House ubica por quinto año consecutivo a Nicaragua como un país con libertades mutiladas bajo el recrudecimiento de la represión impuesta por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
La organización no gubernamental también destaca la detención y condena en contra de monseñor Rolando Álvarez, el arresto de otros clérigos y trabajadores de su curia que constituye un crimen de parte de la dictadura.
A su vez, ubica a Nicaragua entre los países sin libertad a nivel mundial.
En las últimas dos semanas, dos integrantes de la diversidad sexual han sido asesinados. Uno de ellos aparentemente por rechazo a sus preferencias, según se desprende de las circunstancias que rodearon el crimen.
El más reciente caso es el del joven Juan Francisco Mena Hernández, de 35 años, quien se rindió a la muerte luego de sufrir una golpiza supuestamente a manos de Sidar Murillo, de 34 años, descrito como su pareja sentimental, quien ya se encuentra detenido en Masaya.
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La Asociación Nicaragüense Trans se pronunció exigiendo justicia por la muerte de Mena Hernández.
Esta semana también se conoció que en el municipio de Jinotepe en Carazo, Juan Ramón García Martínez, de 48 años, le habría quitado la vida a su hijo, un adolescente de 16 años, en medio de una discusión entre el agresor, el joven y su madre. Vecinos señalaron que el presunto homicida rechazaba a su hijo mayor por su orientación sexual y lo había amenazado en reiteradas ocasiones.