La vicepresidente de Nicaragua, Rosario Murillo, dijo durante su alocución este lunes, 13 de febrero, a través de sus medios de propaganda que su régimen sigue celebrando «el triunfo del amor».
«(…) Los camino que vamos recorriendo, fortaleciendo la paz, en derechos a vivir tranquilos, a vivir con amor, porque con odio nunca más», expresó la portavoz de la dictadura orteguista, tres días después de haber desterrado a 222 nicaragüenses, a quienes les despojó de su nacionalidad de forma abusiva y de condenar a 26 años de prisión y recluir en la cárcel de La Modelo al obispo católico Rolando Álvarez.
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A como ha dicho en sus comparecencias anteriores en televisión nacional y en referencia al destierro de los 222 exreos políticos que mantuvo secuestrado en las diferentes cárceles del país, la también primera dama afirmó que «aquí triunfó el amor (…) Nicaragua está hecha de vigor, de gloria, de valor, de heroísmo, de capacidad de entregarnos a las causas más justas (…)».
En referencia al día del amor y la amistad que celebra mañana martes,14 de febrero, la vicedictadora utilizó los más de 12 minutos de monólogo para recalcar que «el amor es paz, es derecho, derecho a vivir tranquilos y seguros, el amor entre todos y por el bien de todos». Dichas declaraciones las hace Murillo pese a que su régimen ha distanciado a decenas de familias debido al destierro y encarcelamiento de opositores.
«Mañana —martes, 14 de febrero— día de la amistad, día de la vida segura y tranquila, armoniosa», subrayó la esposa del dictador de Daniel Ortega.
Murillo que a diario despotrica contra la oposición, la iglesia católica y la comunidad internacional, insistió en decir que su administración está «alegre por servir a esta patria buena, libre, generosa, bondadosa, respetuosa, libre de odio».
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El nueve de febrero, el gobierno de Nicaragua liberó y desterró a casi el 80 porciento de presos políticos, y aunque el dictador Daniel Ortega ha afirmado que la decisión fue unilateral, críticos y opositores señalan que «se le dobló el brazo» a su régimen y no pudo aguantar la presión internacional.
Por su parte, los exreos políticos desterrados aseguran que seguirán demandando justicia y libertad para los más de 30 presos políticos, entre ellos monseñor Rolando Álvarez.