El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos Humanos (Cenidh) cuestionó el silencio que las autoridades de la Iglesia católica de Nicaragua han mantenido ante la ola represiva de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra sacerdotes.
La justicia nicaragüense ha encarcelado a 15 sacerdotes o laicos vinculados con la Iglesia, a los que acusa por delitos comunes y, en su mayoría, por supuesto menoscabo a la integridad nacional o propagación de noticias falsas, amparada en leyes que Daniel Ortega creó en 2020 para presionar y reprimir a opositores.
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«¿Por qué la alta jerarquía de la Iglesia católica permanece en silencio ante tanta represión ejercida contra sacerdotes y fieles?», reprochó el organismo a través de su cuenta de Twitter.
En cuanto al encarcelamiento contra monseñor Rolando Álvarez, acusado de los supuestos delitos de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas, el Cenidh una vez más demandó su libertad inmediata.
A la vez exigió a la dictadura de Nicaragua revelar el lugar donde mantiene cautivo al obispo de la Diócesis de Matagalpa. «¿Dónde está monseñor Álvarez? ¿En qué supuesto domicilio se encuentra?», resaltó.
Sin fecha para juicio contra monseñor Álvarez
Otra de las interrogantes del grupo de defensores de derechos humanos es que el régimen orteguista no ha informado la fecha del juicio contra monseñor Álvarez. «Por qué no señalaron fecha de juicio», reprocharon.
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«¿Acaso lo van a mantener en condición de secuestro indefinido? (…) Exigimos al régimen Ortega Murillo su inmediata libertad, porque es inocente», insistieron.
Álvarez Lagos, de 56 años, es el primer obispo arrestado y acusado desde que Ortega retornó al poder en Nicaragua en 2007. El jerarca, también administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, fue secuestrado la madrugada del viernes, 19 de agosto de la Curia episcopal de Matagalpa, por agentes policiales.
El operativo se ejecutó después de tenerlo confinado por 15 días junto con cuatro sacerdotes, dos seminaristas y un camarógrafo, los que siguen presos en «El Nuevo Chipote».