El opositor y preso político Sergio Beteta Carrillo cumplió dos años de haber sido detenido arbitreramente por la Policía al servicio del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
El 21 de diciembre de 2020 el joven originario de Managua quemó la bandera del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y ondeó la de Nicaragua, exigiendo la unidad de la oposición, lo que generó que una decena de policías y fanáticos orteguistas lo golpearan, para luego llevárselo detenido e imputarle delitos de tenencia de drogas.
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ArtÍculo 66 logró captar el momento en que el exatrincherado en la UNAN-Managua, durante las protestas de 2018, realizaba el acto de protesta en las inmediaciones de la Universidad Centroamericana (UCA) para luego ser sometido con violencia por los uniformados del régimen.
Hace cuatro días, exactamente el 24 de diciembre, Beteta arribó a su cumpleaños número 32, no pudo festejarlo con sus familiares porque cumple una condena de cinco años y nueve meses de prisión por los supuestos delitos de tráfico de drogas y portación ilegal de armas.
Víctima de agresiones física y verbales
Además del encierro arbitrario que sufre el activista político, también ha sido objeto de agresiones verbales y físicas en los últimos meses por reos comunes que se declaran fieles servidores del régimen de Daniel Ortega.
Una fuente de La Modelo informó a Artículo 66 que a finales de este año Sergio Beteta fue agredido en dos ocasiones, en una de ellas le lesionaron uno de sus ojos.
«Luego de las agresiones al reo, los otros presos le dijeron que “ojalá te queden ganas de andar quemando más banderas” —en referencia a la acción de protestas contra la dictadura orteguista—», explicó la fuente carcelaria.
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En cuanto a los motivos de las agresiones al reo de conciencia, según el informante, todo empieza por temas políticos. «Los otros reos comienzan a ofenderlo por el contexto que vive el país, pero este muchacho —Sergio Beteta— no se deja porque tiene un carácter fuerte y eso ocasiona que entre varios arremetan en su contra».
Actualmente, el reo político está encerrado en una de las celdas de la galería uno del Sistema Penitenciario, tras ser cambiado de la galera tres, debido a la reciente agresión sufrida.
Este medio de comunicación intentó comunicarse con los familiares de Beteta, para conocer sobre su situación, sin embargo no se pudo establecer contacto.
Sergio Beteta estuvo exiliado en Costa Rica, pero decidió regresar a Nicaragua —según sus amistades— para continuar su activismo político en demanda de la libertad de su país.
La dictadura de Ortega tiene encerrado a más de 230 presos políticos, a los que ha acusado y condenado por delitos comunes o por supuesta traición a la patria. En la lista de secuestrados se suman 12 sacerdotes, incluyendo a monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa.