Durante su discurso en la XXVII graduación de 34 cadetes del Centro Superior de Estudios Militares, el dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, una vez más despotricó contra los países a los que llama potencia, los que acusa de ser los causantes de la crisis económica que vive el mundo.
El mandatario expresó que es un «orgullo» para su régimen que la institución castrense «siga formando jóvenes para defender la paz, la estabilidad, la seguridad de los nicaragüenses».
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Ortega nuevamente se remontó a la historia de los 80, mencionando las primeras «escuelas guerrilleras», y acusó un vez más Estados Unidos de ser los causantes de la guerra en ese periodo.
Indicó que pese a las limitantes «impuestas por imperialismo de la tierra» el Ejército se ha venido forjando y levantándose . «Un Ejército que hoy es un orgullo de los nicaragüenses», enfatizó.
Asimismo, dijo que el Ejército, señalado de ser uno de los brazos opresores de su dictadura, «es un orgullo de los nicaragüenses», asegurando que los militares han sido «garantías para la paz y la seguridad de la nación».
Le recuerda al Ejército que están bajo su orden
El dictador nicaragüense aprovechó su discurso para felicitar al general Julio Cesar Avilés, jefe del Ejército, quien volvió a jurar fidelidad y agradeció por «el apoyo que brinda a la institución castrense».
«En nombre de nuestro pueblo felicitamos al general Julio Cesar Avilés que ha sido un conductor extraordinario en toda esta etapa; dándole continuidad, fortaleza, capacitación al Ejército defensor de la soberanía nacional, que hoy es el Ejército de Nicaragua», destacó.
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Ortega le recordó a Avilés que tanto él como toda la institución militar siguen al mando de su gobierno, «unidos en esta lucha, donde gracias a Dios, frente a los intentos de promover guerras se ha logrado defender la paz, se ha logrado asegurar la paz y con la paz se ha logrado asegurar el bienestar y el progreso de la economía nicaragüense».
«Gracias a Dios que le ha dado a este pueblo un Ejército que ha sido garantía y sigue siendo garantía de la paz de los nicaragüenses; juntando esfuerzos con la Policía (…)», recalcó.
Acusa a países desarrollados por la pobreza que vive Nicaragua
En referencia a la conmemoración de los 44 años del fallecimiento —11 de diciembre— del sacerdote sandinista de origen español Gaspar García Laviana, el mandatario nicaragüense volvió a despotricar contra la Iglesia católica.
«El sacerdote que vino de Asturias y no vine con la espada, sino que vino con la palabra de Cristo, vino a predicar la justicia y se conmovió cuando vio las condiciones en las que eran brutalmente explotados y reprimidos los campesinos…», destacó.
«Un 11 de diciembre entregó su vida por la justicia, por la patria, por la libertad, y Gaspar era además (…) creyente en la guadalupana, la virgen de Guadalupe», rememoró. Además, manifestó que el religioso fue «un ejemplo» de haber sido «verdaderamente cristiano, un practicante cristiano».
Ortega aterrizó su discurso afirmando que se ha llegado a fin de año saltando obstáculos» a pesar de la dificultades que sufre la economía global y «al desempleo que invade a países desarrollados, provocadas por las políticas expansionistas, imperialistas, neocolonialistas que cada día van quedando en el pasado».
«El esposo de la vicedictadora Rosario Murillo, refirió que Nicaragua «es un país pobre pero digno», sin embargo calló de la decenas de nicaragüenses que han tenido que salir del país para poder tener mejores oportunidades de vida.