Las ciudadanas identificadas como María Gómez Murillo, de 45 años, y Aleida Vallecillo Murillo, de 20 años, madre e hija, fueron víctimas de femicidio la noche del viernes, 18 de noviembre, en la comunidad La Unión de la microrregión de Wamblán, en el municipio de Wiwilí, Jinotega, presuntamente por la pareja de la joven identificado como Antonio Zelaya.
Según versiones, el hombre llegó en estado de ebriedad a la vivienda donde vivía con la joven, discutió con la víctima y la atacó a machetazos. Durante el ataque, la madre de la muchacha intentó defender a su hija, pero el hombre también la hirió hasta causarle la muerte.
Se conoce que el sujeto es originario de Honduras y tras el doble femicidio se dio a la fuga rumbo a las montañas en Wiwilí.
Según medios oficialistas, el hondureño es conocido con el alias «El Negro» y es señalado de también quitarle la vida a un agricultor hace unas semanas.
La Policía de Jinotega aún no brinda información sobre el crimen.
El observatorio de la organización Católicas por el Derecho a Decidir (CDD) registra 53 femicidios hasta el 2 de noviembre. La mayoría de las víctimas tenían entre 18 a 34 años, mientras más de 100 mujeres han sobrevivido a intentos de femicidios.
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Las mujeres de las zonas rurales continúan siendo las más desprotegidas. En los primeros tres meses del año, la organización feminista ya registraba seis femicidios en la Costa Caribe, uno en Rivas y uno en el exterior.
La organización lamenta que la mayoría de los casos queden en la impunidad y, según sus datos, otros aún se encuentra en proceso judicial.
Por su parte, las instituciones estatales no brindan información sobre la violencia machista, ni sobre los agresores, salvo en casos excepcionales, en que estos son presentados a través de medios de comunicación oficialistas.