Una delegación del Fondo Monetario Internacional (FMI) visitó Nicaragua del siete al 15 de noviembre, y se reunió con el sancionado ministro de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta, el Presidente del Banco Central, Ovidio Reyes y representantes del sector privado, donde se llevó a cabo la Consulta del Artículo IV de 2022.
Luego de las reuniones, el equipo técnico del FMI elogió este 16 de noviembre la economía de Nicaragua y aseguró que la misma se está recuperando, minimizando de cierta manera las sanciones impuesta al régimen de Ortega, el impacto de la pandemia, los huracanes y el impacto migratorio.
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«Después de contraerse alrededor del 9 por ciento durante el periodo 2018-2020, la actividad económica se está recuperando bien, respaldada por políticas macroeconómicas y financieras apropiadas y colchones sustanciales de depósitos gubernamentales y reservas internacionales previos a la crisis», señaló la delegación que se basó en los número del Banco Central de Nicaragua.
También señalaron que el financiamiento oficial internacional, incluida la asistencia de emergencia por parte del FMI, «ayudó a la economía a hacer frente a la pandemia y llevar a cabo los esfuerzos de reconstrucción después de los dos huracanes consecutivos en noviembre de 2020».
En contraste a la realidad que vive el país, reflejándose en la carestía de la vida, el FMI afirmó que el PIB real creció un 10,3 por ciento en 2021 y se espera que crezca un 4 por ciento en 2022, sostenido por el consumo privado y las exportaciones, dados los precios de exportación favorables.
Riesgos económicos
La delegación afirmó que «la perspectiva económica de Nicaragua es favorable, a pesar de que los riesgos hacia delante son a la baja, principalmente debido a los factores desfavorables al nivel mundial».
Los riesgos económicos, según detalla son a la baja, que consiste en «una recesión mundial más severa, un endurecimiento monetario externo y precios de importación mayores de lo esperado».
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«Si estos riesgos llegaran a materializarse, podrían resultar en un menor crecimiento del PIB real y en un menor crecimiento en las remesas, una mayor inflación, un empeoramiento de la asequibilidad de los alimentos y un déficit fiscal más amplio», agregan.
También advierte que los balances fiscales, la actividad económica y los resultados sociales podrían verse afectados por desastres naturales, dada la alta exposición de Nicaragua al cambio climático y su dependencia económica de sectores sensibles al clima. «Un deterioro en el clima de negocios y sanciones internacionales más estrictas afectarían los flujos de comercio y financiamiento», advierten.
Ese último punto el FMI no lo profundizó, si se toma en cuenta que en la más reciente lista de sancionados por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos se encuentra Eniminas, una entidad pública dedicada a la explotación de oro. La Empresa Nicaragüense de Minas fue incluida por contribuir a «oxigenar» a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
No se ve futuro a la economía nicaragüense
Pese a las proyecciones favorables que hace el FMI y los elogios en favor al régimen de Ortega, el politólogo Manuel Orozco aseguró que «no ve futuro a Nicaragua» con la crisis política y el deterioro de la relación con Estados Unidos que contribuye a más suspensiones de exportaciones, afectando así la economía del país.
Actualmente, la ruptura de las relaciones diplomáticas con Taiwán y la eliminación de la cuota azucarera de Nicaragua al mercado de Estados Unidos afectará el envío de 92 mil toneladas de ese producto a estos mercados a partir de julio y octubre 2022, respectivamente. El azúcar figuró como el segundo producto de mayor demanda en Taiwán. En 2021, generó 19.74 millones de dólares, 11.5 % más que los 17.70 millones percibidos en 2020.
Se espera que el Directorio Ejecutivo del FMI celebre la Consulta del Artículo IV de Nicaragua a principios de 2023, donde se verá aún más el impacto de las sanciones al gobierno de Ortega por la ola represiva que ha ejercido contra los ciudadanos.
«La misión expresa su más sincero agradecimiento a las autoridades por su cálida hospitalidad, cooperación y franqueza, así como a otras contrapartes nicaragüenses e internacionales por el diálogo franco sostenido», concluyó el FMI, sin ahondar en el impacto que podría generar la ola represiva y la inseguridad jurídica que ha provocado Ortega, y que ha desalentado la inversión extranjera y el clima de negocios en el país.