Los presos políticos cautivos en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como «El Nuevo Chipote» en Managua, cumplen 75 días sin recibir visitas de sus familiares.
La decisión del régimen de Daniel Ortega de restringir las vistas a los reos de conciencia ha causado la preocupación de sus familiares y de organismos de derechos humanos quienes han exigido a las autoridades del país dejar de violar los derechos humanos.
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A la fecha, se desconoce el estado físico y psicológico de los opositores. El Centro Nicaragüense de Derechos humanos (Cenidh) demandó al gobierno nicaragüense restablecer la visitas para constatar la condición en la que se encuentran.
«Las personas presas políticas en el centro de tortura El Chipote cumplen 75 días sin visitas, se desconoce su integridad física y psicológica. Sus vidas corren peligro. #VisitasYa #LibertadYa», alertó y demandó a la organización a través de su cuenta de Twitter.
A la vez, exhortó al pueblo nicaragüense a no olvidar a los reos políticos que según sus familiares siguen siendo sometidos a tratos crueles e inhumanos. «No los olvidemos, ellos están siendo torturados en El Chipote, sus cuerpos están colapsando, sus vidas están en peligro», alertaron.
Recientemente, el Instituto Casla, quien ha respaldado a los presos políticos de Nicaragua y ha exigido su libertad inmediata, habría lamentado el aislamiento y torturas que sufren los opositores.
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«El Instituto Casla se suma a las voces que reclaman por la inhumana situación en que se encuentran los presos políticos en Nicaragua y especialmente en el centro de torturas conocido como “El Chipote”, donde son sometidos a torturas blancas (extremo aislamiento) y psicológicas», denunció el organismo a través de un comunicado.
Familiares alarmados
Una de las familias de los presos políticos que están alarmados es la del joven activista e integrante de Unidad Nacional Azul y Blanco Álex Hernández. quien lleva casi 15 meses secuestrado.
«Esto es terrible, no lo hemos visto; estamos con incertidumbre porque no sabemos cómo se encuentra. Sabemos que es desesperante cada minuto que pasa encerrado», expresó en condición de anonimato un familiar a Artículo 66.
Por su parte, la familia del cronista deportivo Miguel Mendoza lamentó que la dictadura de Nicaragua los tenga por 506 días encerrado y sin poder ver a su hija de ocho años.
«Demandamos que autoricen visitas y que Alejandra pueda ver a su papá, tiene 505 días de no abrazarlo. La última vez que su familia supo de su estado de salud, fue el pasado 27 de agosto. La incomunicación es tortura psicológica. Tener un pensamiento crítico no es un delito», expresaron a través de la página de Facebook Miguel Mendoza.
La última vez que los presos políticos en «El Nuevo Chipote» recibieron visita fue entre el 26 al 28 de agosto, luego fueron exhibidos en los juzgados de Managua entre el 30 de ese mes al primero de septiembre, donde se pudo notar los estragos que les ha dejado el encierro carcelario.