Defensores de derechos humanos catalogan de «contradictorio» y cuestionan el diálogo mencionado en su visita a Roma por el cardenal arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, como el medio para «rebajar las tensiones» entre el régimen y la Iglesia católica de Nicaragua.
«Nos resulta contradictorio que afirme eso mientras en Nicaragua guarda un silencio total frente al incremento de la persecución contra la iglesia y sus sacerdotes. El pueblo de Nicaragua merece conocer la verdad de la dinámica, contenidos y alcance de ese “diálogo” para apoyar las gestiones que hasta hoy parecen estrellarse frente a un régimen dictatorial que cada día incrementa la represión contra la iglesia católica y el pueblo nicaragüense», refirió el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
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Leopoldo Brenes salió de Nicaragua hacia Roma este fin de semana, en medio de la creciente animadversión del régimen contra sacerdotes, religiosas y laicos; lo que se ha traducido en cierre de medios católicos, el encarcelamiento de curas, la prohibición de procesiones y la detención del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez.
Cuestionado sobre un posible diálogo entre la Iglesia y la dictadura, el arzobispo de Managua indicó que siempre están abiertos al diálogo como forma de resolución de los conflictos.
La defensora de derechos humanos Bianca Jagger cuestionó al jerarca católico, «¿ A qué diálogo se refiere el cardenal Leopoldo Brenes? ¿Qué clase de diálogo tiene con (Daniel) Ortega y (Rosario) Murillo, los dictadores que le declararon la guerra a la Iglesia católica en Nicaragua, que mantienen secuestrado a monseñor (Rolando) Álvarez y tienen en prisión a 11 sacerdotes y seminaristas?».
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El cardenal expresó en su reunión que «el diálogo nunca se debe parar. Siempre nosotros tenemos experiencia en Nicaragua porque ha habido guerras y se han hecho los diálogos. Y recuerdo que, en un tiempo, una parte estaba en un aula y otra parte estaba en otro aula y los obispos corrían de un lado para otro como ángel de la noticia».
Sin mencionar ninguno de los casos de persecución vividos en los últimos meses, el purpurado aseguró que la Iglesia predica la esperanza y que no miran hacia atrás, sino hacia adelante.
«En nuestra predicación como pastores en Nicaragua, queremos ser los pastores que anunciamos la esperanza. El Santo Padre siempre nos ha dicho que no podemos ante los problemas echar la mirada para atrás, sino que tenemos que llevar siempre la mirada para adelante. Y eso es prácticamente lo que los obispos de Nicaragua y también de América Central nos hemos propuesto», manifestó el arzobispo de Managua.