El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) denuncia que monseñor Rolando Álvarez cumple más de dos meses secuestrado» por el régimen Ortega-Murillo, luego de ser sacado de la Curia Episcopal de Matagalpa el 19 de agosto. El organismo demanda su libertad inmediata y denuncia el silencio de la iglesia católica.
«La integridad personal y la vida de monseñor está en riesgo, hoy cumple 83 días secuestrado. Llamamos a los altos líderes de la iglesia a unirnos y elevar las voces ante tanta represión. Libertad para monseñor Álvarez y todas las personas presas políticas», demanda la organización defensora de derechos humanos.
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El Cenidh reitera que «temen» por la integridad personal y la vida del jerarca católico, al mismo tiempo piden a los ciudadanos «luchar juntos ante la represión. Respaldemos a los muchos sacerdotes exiliados y desterrados por el régimen Ortega-Murillo. Elevemos las voces por los sacerdotes que han sido detenidos arbitrariamente, criminalizados y judicializados siendo inocentes», expresa.
El cuatro de agosto, la Policía orteguista impidió la salida del prelado, quien se encontraba en la Curia Episcopal de Matagalpa, junto a sacerdotes, dos seminaristas y un laico. El 19 del mismo mes, antimotines asaltaron el recinto, dejaron al jerarca bajo casa por cárcel y a sus acompañantes los recluyeron en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como «El Nuevo Chipote», en Managua, a los que se les ha judicializado y celebrado audiencias a puertas cerradas.
El régimen de Ortega, a través de la Policía, señaló que la detención arbitraria de Álvarez fue para «recuperar la normalidad para la ciudadanía y las familias matagalpinas».
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Monseñor Álvarez es uno de los 11 sacerdotes detenidos por la justicia del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que en este 2022 se lanzó contra la Iglesia católica, impidiendo hasta la libertad de culto.
Ante la violación a los derechos humanos de monseñor Rolando Álvarez, el Parlamento Europeo aprobó el 15 de septiembre una resolución con 538 votos a favor, 16 en contra y 28 abstenciones en donde instan al dictador Ortega a liberar al prelado y a los sacerdotes detenidos durante los ataques a la Iglesia.