«Déjenme ver los ojos y la sonrisa de mi hijo. Déjenme escuchar su voz y su risa. Déjenme decirle que lo amo», es la súplica de la presa política Suyen Barahona, quien no ve a su niño de cinco años desde junio de 2021.
El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo no les permite ningún tipo de comunicación desde entonces. Ni llamadas telefónicas, ni cartas, fotos o dibujos. «Es el derecho de todo niño escuchar a su madre que lo ama», manifestó Barahona. Así lo afirma una denuncia hecha por sus familiares en las redes sociales.
Los parientes señalan que «es inhumano que se les niegue el derecho a estar comunicados», por lo que piden que «el hijo de Suyen y todos los niños y niñas puedan comunicarse con sus mamás y papás».
César Dubois, esposo de la dirigente política de oposición, manifestó que «no están pidiendo nada extraordinario», sino lo que establecen las leyes, y ya quieren «que se acabe este sufrimiento» para el niño.
«Uno como padre busca todas las estrategias posibles de proteger a su hijo y hacerle más llevadero este momento. Con mucho amor, mucho acompañamiento, le hemos estado apoyando, tratando de explicar las cosas, tratando de que esto no tenga un mayor impacto en su niñez, obviamente sí lo va a tener porque es una necesidad de demasiado tiempo, pero sí tratamos de hacer las cosas lo más llevadero posible», declaró el esposo.
Los familiares impulsan una campaña denominada #UnaLlamadaParaSuyen con el objetivo de visibilizar la situación y presionar a las autoridades nacionales para que autoricen algún tipo de contacto entre Suyen y su hijo.
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Barahona es la presidenta del movimiento Unión Democrática Renovadora (UNAMOS), antes MRS, quien fue encarcelada durante la cacería de opositores en 2021, y recluida en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial, conocida como «El Nuevo Chipote», en Managua.
La última vez que el niño vio a su madre fue cuando la Policía arrestó a la dirigente en su casa, el 13 de junio de 2021. «¿Dónde está mi mamá? ¿Por qué mi mamá no ha venido? ¿Por qué mi mamá no se comunica conmigo? ¿Cuándo vamos a llamar a mi mamá? ¿Cuándo voy a poder hablar con ella? ¿Por qué pasa tanto tiempo y no viene?», le pregunta el menor a su padre.
Durante estos 15 meses, las autoridades policiales impiden que las cartas y dibujos del niño le sean entregados a su mamá, pese a que el abogado defensor ha interpuesto varios recursos ante el Tribunal de Apelaciones de Managua que, a la fecha, no han sido contestados.