El Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (Cetcam) señaló que el desplazamiento forzado se ha convertido en la forma de migración más frecuente en Nicaragua, debido a «la violencia estatal y profundización de la crisis sociopolítica» en el país.
En su más reciente informe «Miradas Centroamericanas», la entidad destacó aseguró que «la opresión y la incertidumbre sobre el futuro han incrementado el flujo de migración y exilio que se abrió en Nicaragua desde 2018. Igual que en otros países de la región, esa migración es de naturaleza multicausal y no parece que tendrá receso en el corto plazo mientras se mantengan estas condiciones».
Noticia relacionada: Remesas a Nicaragua se elevan a 31,9 % en los primeros cinco meses de 2022
«El constante flujo migratorio nicaragüense se ha convertido en parte de la realidad nacional y ya se evidencian profundos procesos de desintegración de las familias y un impacto severo en la vida de las comunidades dentro del país y de las personas migrantes por la carga emocional que representa», subrayó.
Asimismo, indicó que el incremento en las cifras de nicaragüenses que se han visto obligados a salir del país, «muestran la necesidad de protección y seguridad de los ciudadanos forzados al exilio».
«Miles de nicaragüenses perseguidos, amenazados, víctimas de la represión gubernamental buscan resguardar sus vidas fuera del país, iniciando un éxodo hacia diferentes destinos. Costa Rica ha sido el principal destino para buscar refugio», agregó.
El riesgo de migrar
El Cetcam señaló que en su recorrido, los migrantes nicaragüenses «se enfrentan a condiciones muy duras porque la mayoría viaja en condiciones irregulares (…) y en los países de tránsito frecuentemente son víctimas de grupos criminales que los extorsionan, secuestran, roban y en muchos casos, los abandonan a su suerte, además que también son víctimas de las políticas antimigrantes de los gobiernos que, lejos de protegerlos, los repelen con violencia».
«Mientras que en los países de destino muchas veces se encuentran con condiciones de vida precarias, dificultades para regularizar su situación migratoria, empleos de baja calidad que demandan realizar hasta dos y tres jornadas de trabajo, discriminación, xenofobia y una enorme presión para enviar remesas a sus familias», resaltó.
Además, el organismo lamentó que constantemente en Nicaragua «se pierde recurso humano valioso y calificado que luego ya no regresa dando lugar a un ciclo perverso en el que se reproducen las condiciones de subdesarrollo».
«Para Adrián Meza Sosa, especialista en derecho laboral y rector de la Universidad Paulo Freire, uno de los efectos negativos más importantes de la migración y exilio es la pérdida del recurso humano calificado, una realidad repetitiva en Nicaragua que históricamente se ha caracterizado por tener un inestable modelo político, que no garantiza muchas oportunidades laborales educativas y económicas para su población», se lee en el documento.
Noticia relacionada: Costa Rica denuncia crisis de Nicaragua y pide apoyo para atender a refugiados
«El exilio masivo que Nicaragua ha experimentado desde el año 2018 ha permitido que prácticamente se pierda toda una generación de académicos, profesionales e intelectuales de distintas áreas, personas que, si se logran asentar en un país de destino, cabe la posibilidad de no retornar, porque van a encontrar las oportunidades que el gobierno nicaragüense les arrebató con actos represivos», añadió.
Asimismo, el Cetcam aseguró los migrantes y personas desplazadas de manera forzada tienen que enfrentar el reto de adaptarse a una nueva cultura y nuevas redes de relaciones.
El éxodo nicaragüense
El organismo también detalló que el incremento de los flujos de migración y exilio en Nicaragua «han incrementado de tal manera que se han efectuado diferentes estudios para estimar la cantidad de personas que han salido del país; sin embargo, los datos son desiguales y existe un subregistro que no termina de crecer en la medida que el flujo se mantiene».
«Un estimado grueso asciende a 190 mil nicaragüenses emigrados en el período de crisis; es decir, entre 2018 y 2021», reveló el Cetcam.
Además, resaltó que Nicaragua «se ha convertido proporcionalmente, en uno de los países con mayor cantidad de migrantes a nivel centroamericano, además que hay una variación significativa porque el principal país de destino que antes era Costa Rica, ahora está cambiando hacia Estados Unidos».