En un discurso virulento durante el 43 aniversario de la Policía, el dictador Daniel Ortega catalogó a la Iglesia católica de ser «una dictadura perfecta» y refirió que no pueden hablar de democracia cuando hasta el mismo papa es impuesto por un grupo de religiosos. Asimismo, volvió a acusar a los obispos y sacerdotes nicaragüenses de orquestar el supuesto «golpe de Estado» de 2018.
«Una institución como la iglesia católica utilizando a sus obispos para dar un golpe de Estado, desde cuándo tienen moral para hablar de democracia. ¿Quién elige a los obispos, al papa? Si van a ser democráticos, comiencen a elegir con el voto de la población, a los sacerdotes de cada comunidad, sino que todos son impuestos, es una tiranía, una dictadura perfecta», profirió Ortega, a quien acusan de ser el principal represor de su pueblo.
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Las palabras del dictador se dan luego que el papa Francisco afirmara el 15 de septiembre que existe un «diálogo» entre la Santa Sede con la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, aunque según el máximo líder, «esto no significa que apruebe o desapruebe todo lo que hace el gobierno».
El dictador también aprovechó para volver a acusar a los presos políticos de estar, junto a la Iglesia católica, detrás del intento «golpe de Estado» de 2018; y para despotricar contra aquellos que han pedido sus liberaciones, tal como lo han hecho en los últimos días el presidente de Chile, Gabriel Boric; el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres; y el subsecretario de Estado de los Estados Unidos de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols.
El mandatario llamó «perritos falderos» a los gobiernos de la región que se han sumado a esta campaña en pro de los presos políticos, y aseguró que lo que quieren es recibir «aplausos del imperio» (Estados Unidos) y de la Unión Europea.
El régimen de Nicaragua ordenó la expulsión de la embajadora de la Unión Europea (UE) en Managua, Bettina Muscheidt, un año después de haber sido nombrada en el cargo, confirmaron fuentes diplomáticas europeas.
Según la información, la embajadora fue notificada de manera verbal a través de un funcionario de Cancillería. El empleado le habría comunicado que la expulsión se debía a una presunta «injerencia e irrespeto a la soberanía nacional» por parte del bloque europeo. Sin embargo, en la tarde, el régimen aún no emitía ningún comunicado oficial.
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La situación ocurre días después que la delegación de la Unión Europea demandara la liberación de los presos políticos ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
La niña Alejandra Mendoza, de ocho años, sufre la separación forzada de su padre Miguel Mendoza, llora a diario y extraña ver el rostro de su progenitor y jugar con él. Hace más de 15 meses, Mendoza fue tomado como preso político y, desde entonces, tiene prohibida la comunicación con su hija.
El impacto emocional que el aislamiento le ha causado a la menor, llevó al cronista deportivo a iniciar una huelga de hambre hace diez días en demanda que las autoridades de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como «El Chipote», le permitan reencontrarse con su niña.
El diputado del Parlamento Europeo Javier Nart se sumó a la campaña del Instituto Casla titulada «liberar cadenas; apadrina a un preso político del mundo» que pretende visibilizar la situación de los reos y lograr su liberación.
El eurodiputado español es un antiguo corresponsal de guerra que se unió a los sandinistas para luchar contra la dictadura de Somoza y que, en esta ocasión, vuelve a mostrarse en contra de otra dictadura en Nicaragua, ahora establecida por Daniel Ortega.
Javier Nart apadrinó a la exguerrillera sandinista Dora María Téllez, encarcelada desde junio de 2021.