Liseth de los Ángeles Santamaría Duarte, jueza local penal local de Nueva Guinea, de la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur, y que laboró por 16 años en el Poder Judicial, renunció a su cargo y decidió exiliarse en Estados Unidos.
En entrevista exclusiva al medio de comunicación Nicaragua Actual y sin detallar cuándo se exilió, la exjudicial dijo que las razones por las que dejó el cargo fue por estar en desacuerdo con la política gubernamental del régimen de Daniel Ortega.
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«A uno le exigen y obligan a hacer todo lo que ellos —la dictadura— dicen y yo me cansé de eso. Me sentí presionada de que me dijeran: “mirá, esto hacelo así”. Me cansé de ser un títere porque allí no se está haciendo el trabajo que uno anhela hacer, ya que uno hace una promesa de ley antes de ejercer el cargo», expresó Santamaría Duarte.
Agregó que al ver que no estaba actuando apegada a la la ley, sino que acataba todo lo que la dictadura le ordenaba, «entonces tomé la decisión de salir de allí».
También denunció que su salida y la de su familia fue seguida por la dictadura de Ortega a través del GPS de su celular (Sistema de Posicionamiento Global).
En cuanto a la reacción del gobierno de Nicaragua, luego de tomar la decisión de salir del país, la exjuez señaló que fue destituida de su cargo, una vez que se supo de que había abandonado Nicaragua, pese que ya había renunciado.
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«—El Gobierno de Ortega— se molestó demasiado porque nunca se imaginaron que una persona como yo me les iba a revelar (…) entonces aproveché mis vacaciones y me vine, dejé la carta de renuncia; mi mamá me hizo el favor de irla a entregar al complejo judicial. La recibieron pero posterior me di cuenta que no me liquidaron, sino lo que hicieron fue destituirme para no darme liquidación», narró.
Condenas a presos políticos son por órdenes de Ortega
Por otra parte, Liseth Santamaría afirmó lo que ya se ha conocido por otros jueces, que la sentencias y procesos judiciales contra opositores obedecen a orientaciones directamente de la Presidencia.
«Los jueces siempre están recibiendo orientaciones por parte del gobierno. Podemos ver tantos presos políticos que están presos injustamente, simplemente porque los jueces reciben órdenes y si no las hacen van corridos, entonces por mantener el trabajo como jueces tratan de cumplir las orientaciones que son dictadas por el Gobierno».
Remarcó que por la imposición autoritaria de Ortega y Murillo, «no hay justicia en Nicaragua, porque siempre terminan los jueces haciendo lo que el gobierno les orienta que hagan».
La exjudicial aseveró que no puede regresar a Nicaragua por el temor a represalias por la dictadura orteguista. «Si yo regreso a Nicaragua me pueden acusar de traición a la patria, me pueden meter presa y les pueden hacer daño a mis hijos y a mi familia, porque si bien es cierto mis hijos son mayores, pero tuve que traérmelos conmigo porque podían tomar acciones en contra de ellos para vengarse de mí».
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La extrabajadora del Poder Judicial de Nicaragua se suma a los miles de nicaragüenses y algunos jueces y abogados que han decidido dejar el país para no seguir siendo sometidos por el régimen orteguista.
Del último juez que se conoció que se exilió fue Roberto Zúñiga, originario del municipio de Puerto Morazán-Tonalá, en el departamento de Chinandega, quien abandonó su cargo y decidió exiliarse en Estados Unidos junto a su esposa y sus tres hijos.
