La pobreza en Honduras, que afecta al 74 % de sus 9,5 millones de habitantes, es consecuencia de los altos niveles de informalidad y un crecimiento económico no sostenible debido al fuerte incremento de la deuda y la corrupción, señala un estudio publicado este miércoles en Tegucigalpa.
“La informalidad y la falta de empleos de calidad y bien pagados son dos factores principales que no contribuyen a mejorar los índices de pobreza”, señala el estudio “Situación de la Economía y Finanzas de Honduras”, presentado por la ONG Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ).
En la última década, Honduras ha sido el país de Centroamérica “con un mayor porcentaje de empleo informal con relación al empleo total”, pues en 2020 el 81,4 % de los hondureños estaba en condiciones de desempleo o subempleo, indicó el investigador senior de la ASJ Édgar Aguilar.
La ASJ, capítulo hondureño de Transparencia Internacional, destaca que dentro de la población empleada “hay una alta informalidad persistente en todos los sectores, asociada con la subutilización de la mano de obra (subempleo) y la baja productividad e ingresos laborales”.
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El estudio afirma que además del “débil Estado de derecho” que ha caracterizado a Honduras en la última década, la pandemia de la covid-19, los huracanes Eta e Iota y el contexto internacional han “deteriorado aún más las condiciones y perspectivas para la economía y finanzas del país”.
POBRES, LOS MÁS AFECTADOS POR LA INFLACIÓN
En 2022, Honduras ha reportado un crecimiento acelerado de la inflación, de la que el 40 % es importada principalmente por el aumento en el precio de los combustibles, insumos de producción como fertilizantes y plaguicidas, y alimentos importados, añadió.
“Aunque las presiones inflacionarias actuales afectan a muchos países de la región, la población de Honduras sigue siendo relativamente pobre y especialmente vulnerable a la inflación”, señaló.
Las personas con menos recursos son “los más afectados” por la inflación porque tienen que destinar un mayor porcentaje de sus ingresos al pago de “bienes y servicios esenciales y tienen menos oportunidades de recortar su gasto en artículos discrecionales”, indica el documento
“Incluso antes de la presión inflacionaria de este año, donde se observaron precios estables y una inflación dentro de los rangos aceptables, más de la mitad de la población no podía costear la canasta básica de alimentos”, por lo que resultado “preocupante” que la inflación de Honduras -según proyecciones- pueda llegar a 12 % al cierre de 2022.
ALTA DEUDA VERSUS REDUCCIÓN DE POBREZA
Honduras también es el país centroamericano que “más deja de recaudar impuestos” por exoneraciones y concesiones fiscales, privilegios que normalmente “son justificados con el argumento de que aumentarán la cantidad y calidad de empleos para los hondureños”, pero los puestos de trabajo “siguen siendo en gran parte precarios y las tasas de pobreza altas”.
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El crecimiento económico de Honduras “no ha sido sostenible y no se ha visto reflejado en la reducción de la pobreza a causa de retos estructurales que desincentivan, distorsionan o limitan la inversión, la habilidad de hacer negocios y creación de empleos de calidad”, enfatiza el informe.
Un sistema judicial “lento y poco transparente”, así como la corrupción presente en varios aspectos de la administración y contratación pública, y el crecimiento de la deuda han limitado la inversión y la creación de empleos.
El aumento de la deuda “no ha representado mejoras en niveles de pobreza” y el servicio del endeudamiento “ha sobrepasado lo que se presupuesta cada año para educación o salud”, precisó el informe de la ASJ.