La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) expresó su preocupación ante la «renuencia» del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo de poner en marcha las recomendaciones de esa Oficina para solucionar la grave situación de los derechos humanos en Nicaragua.
El informe presentado por la Oficina del Alto Comisionado revela que en los últimos meses la situación de los derechos humanos ha venido deteriorándose con la persecución del régimen contra la Iglesia católica, el cierre del espacio cívico, la cancelación de organizaciones no gubernamentales, el aumento de los presos políticos, el asedio contra la oposición y la falta de justicia.
«El progresivo aislamiento de Nicaragua de la comunidad internacional y su renuencia para cooperar con los órganos y mecanismos internacionales de derechos humanos es motivo de gran preocupación», dijo el delegado de la OACNUDH ante el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
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El informe oral también recoge los embates de la dictadura Ortega Murillo contra la libertad de prensa y expresión; esto incluye el cierre de medios de comunicación locales, de la Iglesia católica e independientes; como radios, canales de televisión y programas de opinión a través del retiro de las frecuencias ordenadas por el Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones (TELCOR).
En la misma sesión del Consejo de la ONU se conectó de forma remota la procuradora de derechos humanos de Nicaragua, Wendy Morales, para rechazar el informe de la OACNUDH y reiterar que el régimen Ortega Murillo no acepta recomendaciones hechas por organismos internacionales, que incluyen un diálogo y la liberación de los presos políticos.
Siguiendo el guion de la vocera de la dictadura, la funcionaria del régimen aseguró que las recomendaciones de los organismos internacionales son para «someternos a su voluntad», a la vez que atacaba a Estados Unidos y otros «países occidentales». Añadió que estas recomendaciones de la comunidad internacional para el Estado de Nicaragua es «una forma de inmiscuirse en los asuntos internos» del país.
El delegado de la OACNUDH también incluyó el tema de la migración masiva de nicaragüenses a países como Estados Unidos y Costa Rica como consecuencia del deterioro continuo de los derechos humanos. «El Estado sigue incumpliendo de forma generalizada las recomendaciones de esta Oficina, los mecanismos de este Consejo (de Derechos Humanos) y los órganos de tratados», aseguró.
«El gobierno no ha avanzado en un diálogo nacional como fue recomendado por la Oficina y el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Un diálogo nacional significativo, participativo e inclusivo es una de las vías más eficaces para resolver la actual crisis social, política y de derechos humanos», añadió.
Finalmente lamentó que en las circunstancias actuales el diálogo es «algo poco probable» porque el régimen ha excluido a interlocutores importantes «encarcelándoles y obligándoles a optar por el exilio».