El político opositor Héctor Mairena, integrante del Consejo Político de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), criticó que en Nicaragua el régimen de Ortega y Murillo pretendan celebrar las Fiestas Patrias cuando en el país «portar la bandera nacional es un delito» y «los colores nacionales (azul y blanco) son perseguidos».
La dictadura prohibió, a través de la Policía Nacional, la realización de cualquier manifestación en septiembre de 2018, a pocos meses que iniciaron las protestas sociales por las reformas fallidas al seguro social. Incluso hay personas presas políticas que su delito fue portar una bandera de Nicaragua, como es el caso de Sergio Beteta.
«La historia oficial oculta aspectos de la vida del general José Dolores Estrada, héroe de la Batalla de San Jacinto, al oponerse a la reelección presidencial, que la Constitución prohibía, entonces fue degradado a soldado raso. Eso fue lo que le costó al general José Dolores Estrada actuar con valentía, dignidad, honorabilidad y con apego a las leyes», explicó Mairena.
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El miembro de la UNAB señaló que la pareja dictatorial, conformada por Daniel Ortega y Rosario Murillo actúan con «toda demagogia y pompa» al celebrar la independencia del Reino de España, pero ellos «han entregado la soberanía nacional a un testaferro de Ortega», en alusión al empresario chino Wang Jing, concesionario del ficticio canal interoceánico que sería construido en Nicaragua y que sigue parasitando del Presupuesto General de la República.
«Se celebran los días patrios en un país que está sojuzgado por una dictadura. Una dictadura que ha destruido la democracia, ha aniquilado la libertad y la justicia. Una dictadura que se sostiene exclusivamente sobre la base de la represión. Una dictadura que está cada vez más sola porque está aislada y repudiada a nivel internacional, porque está enfrentada con la Iglesia católica, porque no ha podido restituir su alianza con el gran capital», aseguró.
«La descomposición la corroe y cada vez son más los síntomas que se evidencian del descontento entre los trabajadores del Estado, entre oficiales y soldados del ejército y de la propia Policía Nacional. Los ciudadanos somos la Patria, por eso somos los portadores auténticos y legítimos de la bandera nacional, de la antorcha de la libertad y habremos de recuperar Nicaragua para construir una Patria con democracia, con justicia y con libertad donde los Ortega Murillo sean historia», concluyó.
En octubre del año pasado, Rosario Murillo dijo que los opositores «mancharon la bandera azul y blanco de la patria con manos criminales. Cómo llenaron de sangre los barrios, las comunidades, las comarcas, los vecindarios y cómo quisieron enfermar el corazón de las personas, dividiéndonos, separándonos, oponiéndonos unos a otros, pero no pudieron ni podrán», dijo en tono de molestia, intentando culpar a sus adversarios de los sucesos violentos que se le atribuyen a su administración.