Ana Chamorro de Holmann, una de las tres propietarias de Editorial La Prensa y madre del gerente general del medio y preso político Juan Lorenzo Holmann, calificó como un robo la consumación del asalto a las instalaciones del diario, ocupadas desde el 13 de agosto de 2021 por la Policía de Daniel Ortega.
La declaraciones de Chamorro —dadas a La Prensa— se dan luego que el régimen de Daniel Ortega anunció el martes, 23 de agosto, que las instalaciones del rotativo ahora serán el Centro Cultural y Politécnico José Coronel Urtecho, misma acción que pasó con Confidencial y 100% Noticias, las que pasaron a manos del Estado y convertidas en casas maternas o centros de salud.
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«A ellos —la dictadura orteguista— no les gustó que en el periódico se dijera la verdad. Eso se llama robo. Simplemente robo porque nosotros no hemos hecho nada indebido, todo por la ley y por la Constitución que dice libertad de expresión y de empresa», expresó doña Anita, como se le conoce a una de las propietarias de La Prensa.
«Señaló que el gobierno de (Daniel) Ortega se adueñó del edificio y maquinaria de La Prensa que está valuado en casi 10 millones de dólares. «Confiscado por ellos, robado porque no nos han avisado, ¿qué hicimos, qué es lo malo que hemos hecho?, cuestionó.
Anita recordó que a su hijo Juan Lorenzo Holmann se le detuvo, procesó y condenó en medio de arbitrariedades, sin embargo, el gobierno no logró demostrar la acusación de lavado de dinero y en dicha acusación no se menciona el edificio de La Prensa el que fue tomado por la Policía del gobierno de Ortega.
Remarcó que la dictadura pudo robarse las instalaciones de La Prensa «y ponerle el nombre que quieran pero no el trabajo que hacen los trabajadores de La Prensa que son fieles a la verdad y a esa contribución del diario, en ser la voz del pueblo».
Distracción ante persecución religiosa
Otra de las situaciones que expuso Ana Chamorro de Holmann es que lo actuado por el régimen contra La Prensa fue una distracción, debido las criticas y denuncias ante las detenciones y persecuciones a la Iglesia católica.
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«Con lo que está pasando con la Iglesia y con monseñor Rolando Álvarez, quieren tapar esa falta porque no encuentran cómo salir de ese maíz picado como decimos aquí. Se quitaron la máscara que tenían, lo poco que les quedaba de honestidad y de dignidad, no es el país, es el gobierno el que lo hace. No tiene otra palabra que robo y usarnos de distracción», dijo.
Asimismo, recordó que el medio ya había sufrido cierres en años anteriores y regresó a circular por presiones internacionales, esperando pacientemente y sin negociar con los regímenes dictatoriales que la cerraron.
Ante la persecución desatada contra los periodistas de La Prensa, el medio se ha visto obligado a exiliar a sus colaboradores para poder seguir ejerciendo el periodismo.
Por su parte, la vicepresidente de Nicaragua, Rosario Murillo, aseguró que el «Centro Cultural y Politécnico José Coronel Urtecho», que su régimen montó en las instalaciones del diario La Prensa, marca «los días finales del odio en nuestro país».