Monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua, expresó su cercanía y solidaridad para con monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, quien está sometido a «resguardo domiciliar» por órdenes del régimen de Ortega.
«Quiero dirigir unas palabra de cariño y de consuelo a mis hermanos nicaragüenses. Desde acá quiero que sepan que estoy sufriendo con ustedes. Rezando mucho por Nicaragua y por nuestra Iglesia», expresó el prelado al finalizar la misa de este domingo en la iglesia Santa Agatha, en Miami, Estados Unidos.
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El líder católico pidió a los nicaragüenses a no perder la esperanza, «confiemos en el Señor y pidamos por monseñor Rolando Álvarez, por los sacerdotes de Matagalpa, los laicos y por todos los presos políticos».
Señaló con aplomo que «¡hay que pedir la libertad! No hay que negociar con las personas, porque son inocentes. Confiemos en el Dios de la vida y de la libertad, que él va a escuchar nuestras oraciones».
«No desmayemos y tengamos muchas esperanza y mucha fortaleza; estamos con ustedes queridos hermanos de Nicaragua, como están tantas iglesias en el mundo entero», agregó.
También envió un saludo a la Diócesis de Matagalpa y de Estelí, los que «están siendo privados de la presencia física de su pastor —Rolando Álvarez—. «Sé que para ellos es un gran dolor».
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Por otra parte, Báez invitó a una misa para la noche de mañana lunes, 22 de agosto, donde se pedirá por la Iglesia «martirizada en Nicaragua» y por los que sufren a manos de la dictadura orteguista.
«No se engañen, nadie es eterno, solo Dios»
Monseñor Báez ha exhortado durante la homilía de este día a los poderosos de la tierra a no ser «pequeños dioses», sino a buscar la salvación de Dios. «La salvación es un don de Dios ofrecido a todos (…) Dios es bueno, pero no es permisivo e indiferente frente a nuestro modo de comportarnos. La salvación es un don gratuito pero exigente», explicó.
En alusión a la cuestionada religiosidad que profesa el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, el prelado señaló que no toda persona puede «atravesar la puerta» de la salvación. «Por esta puerta no pueden atravesar mentiras, egoísmos y ambiciones; tampoco puede pasar la injusticia, la opresión y la violencia, y mucho menos, las religiosidades hipócritas, hechas de palabras o ritos estériles».
En referencia a los discursos de odio por arte del régimen de Nicaragua contra la Iglesia católica y a la actual arremetida contra sacerdotes, el prelado dijo que a «nivel social son inútiles y blasfemos los discursos melosos que invocan a Dios y hablan de él, mientras se lanzan palabras de odio, se fabrican calumnias infames y se hace sufrir a los pueblos».
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«Quienes ejercen el poder, no se engañen: no serán felices ni alcanzarán la salvación siendo injustos y crueles. Entiendan que hacer sufrir a los demás les cierra la puerta que conduce a la vida. Y no olviden que nadie es eterno, solo Dios. ¡Esfuércense en entrar por la puerta estrecha!», exhortó.
Asimismo demandó la libertad de su hermano monseñor Rolando Álvarez, unas de las voces religiosas más criticas del gobierno de Ortega, quien cumple mas de 48 horas privado de su libertad.