Con el Santísimo en manos, monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa, encaró a los policías y paramilitares que lo asedian y tienen bloqueada la curia episcopal desde la tarde del miércoles, tres de agosto.
El religioso, uno de los más perseguidos por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, pidió a los uniformados que «dejen en paz» a la feligresía católica y que les permitan profesar su fe.
El prelado salió a la calle acompañado de sacristanes y miembros del medio TV Merced, después que los oficiales impidieran el ingreso a la curia de dos sacerdotes, integrantes del coro, seminaristas, y trabajadores de los medios de comunicación que participarían en la celebración de la eucaristía en la capilla este jueves, día del Santísimo.
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A través de un comunicado, monseñor Rolando Álvarez manifestó que hasta el tiempo que Dios le conceda seguirá, en el Nombre del Señor, trabajando en el anuncio de la esperanza al santo pueblo de Dios. A los sacerdotes les manifestó que «sabe muy bien que son muchas las cargas, las tribulaciones y que es mucho el peso para sus hombros», pero les recordó que, según las Escrituras, el Señor dijo que «su yugo es suave y la carga ligera».
Por eso, los exhortó a seguir proclamando la esperanza para el pueblo de Nicaragua. Monseñor Álvarez finalizó el comunicado, dirigido a los sacerdotes del Clero de Matagalpa y del Clero de Estelí, señalando que «cuenta con ellos y ellos cuentan con él». Los invitó a «seguir adelante, sin desfallecer, juntos unidos a Dios hasta el final».
La vicemandataria ilegítima, Rosario Murillo, inició su comunicación telefónica en medios oficialistas dirigiéndose a líderes católicos a quiees señaló de «espíritus malignos» que «manipulan símbolos sagrados».
La vocera de Daniel Ortega además dejó en claro que hará todo lo que esté a su alcance para «defender la paz». La reacción de Murillo llega este jueves, después que monseñor Rolando Álvarez saliera a las calles de Matagalpa con Jesús Sacramentado en manos, en medio del asedio de cerca de 50 policías, dirigido por el comisionado general Ramón Avellán, según denuncias.
Organizaciones de derechos humanos, de oposición y población en general demandó a la dictadura de Nicaragua que respete la libertad religiosa y cese todo acto de represión en el país. Mediante comunicados, opositores denunciaron que el régimen ocasiona «el terror y sufrimiento por su actuar violento y cobarde». Asimismo, demandaron a la comunidad internacional «usar todos los medios diplomáticos a su alcance» para lograr el cese de la represión de Daniel Ortega.
Por su parte, defensores de derechos humanos y activistas pidieron apoyar a monseñor Rolando Álvarez, quien encaró a los policías que asediaron la curia episcopal, y llamaron a participar en la eucaristía de este jueves, y unirse a la jornada de oración y ayuno convocada por el líder religioso.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) también llamó al Estado a «cesar de inmediato el hostigamiento y los ataques» contra la comunidad católica, incluidas las estaciones de radio y televisión de la Iglesia. El organismo añadió que «es urgente proteger la integridad física, libertad religiosa y libertad de expresión de todas las personas».
El senador republicano de Estados Unidos, Richard Lynn Scott, denunció en sus redes sociales que «bajo el mandato opresor del régimen de Daniel Ortega, cientos de activistas por la democracia y la libertad en Nicaragua como Yubrank Suazo han sido injustamente detenidos y condenados a más años de prisión solo por exigir la libertad», por tanto, reclamó al gobierno de Joe Biden a «poner fin a su despreciable apaciguamiento a los dictadores y unirse a la lucha por la democracia y la libertad en Nicaragua y en toda América Latina».
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En la víspera, el subsecretario de Estado de Estados Unidos para el Hemisferio Occidental, Brian Nichols, condenó el ataque ejecutado por la dictadura de Nicaragua contra el clero católico, instalaciones radiales y miembros de la comunidad religiosa en Sébaco, Matagalpa. Nichols calificó la arremetida de «brutal» y como «otro golpe a las libertades de religión y expresión» en el país.
La Unión Europea condenó el «cierre arbitrario» de siete radios católicas administradas por la diócesis de Matagalpa, Radio Vos y Canal RB3 de Río Blanco, ejecutado a través del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor). El bloque de países considera que las acciones del régimen constituyen «otra violación de la libertad de expresión y de la libertad de religión o de creencias».
Además, la Unión Europea denunció el uso de la fuerza policial excesiva para ocupar las instalaciones, intimidar y dispersar a los manifestantes con gases lacrimógenos y disparos. Aseguran que seguirán apoyando al pueblo de Nicaragua en su «legítima aspiración a la democracia, al respeto de los derechos humanos y al Estado de Derecho».
La mañana de este jueves, cuatro de agosto, el sacerdote Uriel Vallejos, párroco de la iglesia Divina Misericordia en Sébaco, Matagalpa, logró salir de la casa cural donde se encontraba bajo asedio policial desde el primero de agosto.
Fuentes confirmaron al diario La Prensa que los oficiales se retiraron de la zona a eso de las 10 de la mañana del jueves, lo que permitió que el padre, junto a los hermanos religiosos que lo acompañaban, saliera de la casa cural. El religioso logró sobrevivir al encierro de tres días, a base de «agua y pan, y está bien de salud, a pesar que padece de diabetes».