Luego de las recientes amenazas de cárcel que la vicedictadora de Nicaragua, Rosario Murillo, hiciera contra líderes religiosos, asegurando que han cometido «crímenes de lesa espiritualidad», un sacerdote dijo Artículo 66 que lo que reafirma la vocera del régimen es «su odio contra la Iglesia católica».
«El ataque de la vicepresidenta a los sacerdotes es porque cada día se va dando cuenta que su gobierno va perdiendo autoridad moral ante todo el pueblo y a nivel internacional, porque la Iglesia lo único que hace es ser la voz de los que no tienen voz; la Iglesia siempre ha caminado con el pueblo», expresó en condición de anonimato un jerarca católico originario de Boaco.
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«La Iglesia siempre ha denunciado lo que es injusto ante los ojos de Dios, y eso no le gusta a la dictadura que se quiere imponer en Nicaragua, por eso es un odio visceral —de Rosario Murillo— contra los sacerdotes», aseveró el religioso.
Enfatizó que la dictadura de Ortega tiene el «poder coercitivo» para aplicar las leyes a su conveniencia en contra de las personas que consideren un «peligro», «pero no tienen el poder moral».
«Ellos —Daniel Ortega y Rosario Murillo— saben que nadie les cree y por eso es un odio contra la Iglesias directamente. Además, lo que más les irrita es saber que el pueblo —nicaragüense— está con la la Iglesia, porque el pueblo sabe que la Iglesia ha dado la vida por el pueblo», señaló.
«No hay temor a que nos encarcelen»
En cuanto a las amenazas por parte de Rosario Murillo de encarcelar a más sacerdotes, el prelado afirmó con aplomo que «si nos meten preso o nos sucede cualquier cosa, estamos tranquilos porque Dios está con nosotros».
«Nosotros no tenemos odio, pero nos quieren calumniar que somos promotores de odio y guerra, lo que nunca ha sido así». Además le recordó a Ortega que «los sandinistas, cuando Somoza los llamaba vandálicos, se iban a refugiar a las iglesias, porque sabían que la guardia somocista respetaba los templos».
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Agregó que la historia no cambia. «Ellos —el Frente Sandinista— tuvieron una oportunidad, pero decepcionaron al pueblo, volvieron a subir de una forma fraudulenta y siguen en el poder de forma fraudulenta. Pero a la Iglesia no la van a callar, porque la Iglesia habla con el poder del Espíritu Santo».
Afirmó que pese al constante asedio policial en contra de monseñor Álvarez, «la señora —Rosario Murillo— sabe que la realidad es otra, y que los nicaragüenses ya no quieren más sandinismo en nuestra historia».
Además no descarta la posibilidad que la justicia de Ortega encarcele a más sacerdotes católicos imputándoles delitos comunes. «Pueden inventarles delitos a monseñor Rolando —Álvarez— a otro sacerdotes, ya ve como sacaron a las monjitas —hermanas de la Caridad— del país».
Según el sacerdote consultado, las acciones de la dictadura es «porque ya se sienten perdidos y más cuando ven el apoyo del pueblo para con monseñor Rolando Álvarez, y eso les provoca dolor de cabeza, entonces se descontrolan y descontrolados pueden cometer muchas imprudencias, lo que hace que ellos mismos se estén desprestigiando».
Murillo quiere utilizar la ley para hacer «su capricho»
Por su parte el abogado Yader Morazán explicó que las amenazas de Rosario Murillo, Wilfredo Navarro y Carlos Emilio López, «lo único que demuestra es la intromisión de los Poderes del Estado y la instrumentalización del sistema de justicia para perseguir hechos que no constituyen delitos, y son libertades reconocidas por la ley».
El jurista explicó que «las consecuencias de las acciones «legales» contra religiosos, «es la materialización de caprichos que ni apariencia de legalidad gozan, porque lo que es delito en Nicaragua, es la apología del crimen y el criminal, y la provocación, conspiración, inducción y proposición, pero para cometer delitos puntuales».
No obstante advirtió que lo que que sí es delito, es limitar derechos a la libertad religiosa en el país. «El primero, llamado “Perturbación de actos religiosos o ceremoniales” (art.190CP) y el segundo, “Secuestro agravado” (art. 163 y 165 inciso “B” del Código Penal). Sin obviar otros».
Hasta el momento la dictadura mantiene tras las rejas a dos sacerdotes presos, acusados de delitos comunes. Ya son más de 48 horas que monseñor Álvarez estás asediado por la Policía.