La vicemandataria de Nicaragua, Rosario Murillo, por segundo día dirigió su discurso en contra de opositores y líderes católicos a quienes catalogó de «fantoches y bufones de ópera», los amenazó con cárcel aplicándoles sus leyes represivas creadas por considerar que «provocan y hacen ostentación de impunidad».
«Procuramos vivir la vida verdadera, la vida buena, sin ofuscaciones, sin exhibiciones, sin óperas bufas, la vida buena y hermosa que no es de fantochismo, sino de realidades y de luchas todos los días para construir una cultura de paz para avanzar juntos a la prosperidad que merecemos», expresó la vocera gubernamental en su comunicación de mediodía en medios oficialistas.
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Murillo expresó que «no estamos atrapados en pasados desangelados, atrapados en esos pasados infernales, al contrario estamos viendo hacia el sol que nos ilumina y nunca declina. No estamos desenfrenados o desequilibrados como quienes pretenden ver el mundo desde pequeño espíritu, no estamos para bufonescos que quedaron atrás y que además representan el absoluto desprecio de las familias porque nadie quiere ese pasado del que trascendimos a punta de espíritu y fortaleza», dijo la vicemandataria.

«Son días para tomar en cuenta que en esta patria bendita hay leyes también, no se puede, no se debe infringir las leyes y mucho menos cometer delitos, porque provocar, hacer ostentación de impunidad es un delito, sobre todo cuando lo que se provoca es discordia, desenfrenos, no estamos para eso», rechazó la vocera del régimen.
A su vez, Murillo hizo referencia a monseñor Rolando Álvarez que ha increpado a la Policía por el asedio y la persecución que realizan en su contra. Al jerarca lo acusa de cometer «crímenes de lesa espiritualidad».
«Cuando se pierde el respeto a sí mismo, o el respeto a la otra persona, a la comunidad, a la familia, a símbolos que como hemos dicho son sagrados, símbolos sagrados de nuestra creencias también sagradas, cuando se pierde el respeto, están en una pérdida total de auto respeto y la persona se cosifica, se vuelve cosa y que se gana, al contrario, todo se pierde y lo que se gana es el rechazo a la persona que provoca y el rechazo creciente hacia lo que todo lo que hemos conocido a lo largo de nuestras vidas, como instituciones que merecen respeto», manifestó.
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Asegura que estas acciones generan «descrédito a esas instituciones que merecen respeto, también es un delito, es pecado de lesa espiritualidad. Lo que nos corresponde a los seres humanos en este plano es construir, no destruir y muchos menos destruirnos unos a otros o pretenderlo porque ese tiempo ya pasó, o destruirse uno mismo en esos arranques de unas furias que solo la vanidad o la soberbia pueden explicar», dijo la vicemandataria que al mismo tiempo aprovechó para anunciar miles de actividades programadas en celebración de las fiestas capitalinas.
Monseñor Álvarez es uno de los sacerdotes mas asediados por la dictadura de Nicaragua. Esta es la segunda vez que la Policía emprende un fuerte asedio en su contra, no permitiendo que la feligresía ingrese a la Curia.
La mañana de este cuatro de agosto, monseñor Álvarez salió con el Santísimo en mano a encarar a los agentes y paramilitares de la dictadura, pidiendo que cese el asedio en su contra y cuestionando el encierro impuesto por el régimen en su contra, «¿Qué es lo que está sucediendo. ¿Tendremos que celebrar la eucaristía en la calle, tendremos que agarrar a Jesús Sacramentado en la calle?, pues lo hacemos porque el Señor es el Señor de las calles, es el Señor de la historia», dijo el religioso a oficiales de la Policía que los mantienen asediado con fusil AK en mano.