La Policía de Matagalpa incrementó el asedio contra la Iglesia católica y su principal líder en la zona, monseñor Rolando Álvarez. La mañana de este miércoles, tres de agosto, las oficinas de Cáritas y la Curia Eclesiástica, donde reside el obispo, fueron rodeadas por uniformados al servicio de la dictadura de Nicaragua.
A través de videos y fotos publicadas por ciudadanos se hizo pública la denuncia contra el régimen Ortega-Murillo por tener sitiada la calle de la Curia Episcopal y Cáritas. Esta situación sucede días después de que la dictadura decidiera cerrar las emisoras católicas que estaban a cargo de monseñor Álvarez.
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Este tres de agosto, el portal Vatican News, de la Santa Sede, hizo eco de la denuncia del cierre de seis radioemisoras de la Diócesis de Matagalpa. La decisión del régimen de Nicaragua se basa en la supuesta falta de los permisos de operación de los medios de comunicación de corte religioso que operaban en el norte del país.
Las radios cerradas son Radio Hermanos, Radio Santa Lucía, de Ciudad Darío; Radio Católica, de Sébaco; Radio San José, de Matiguás; y Radio Monte Carmelo, de Río Blanco; todas pertenecientes al departamento de Matagalpa.
El cierre de las radios católicas se suma a la clausura de TV Merced, de la misma Diócesis de Matagalpa; y el Canal Católico de Nicaragua, propiedad de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN). Estas acciones de la dictadura son parte de la escalada represiva contra la Iglesia católica, sus sacerdotes y obispos.
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Ese mismo día también la Policía desplegó un operativo de fuerzas especiales para tomarse la capilla Niño Jesús de Praga, que está contiguo a la casa cural Divina Misericordia, en Sébaco, y apropiarse de los aparatos de la estación radial que funciona en el sitio, según denunciaron en redes sociales algunas parroquias de la zona y el padre Uriel Vallejos, sacerdote que permanece bajo asedio policial.
En los últimos meses la dictadura de Ortega emprendió una persecución contra la Iglesia católica y sus principales líderes. A inicios de mayo, la Policía había iniciado una ola de asedio contra los sacerdotes, entre ellos está el padre Harving Padilla, párroco de la iglesia San Juan Bautista de Masaya, el padre Uriel Vallejos, párroco en Sébaco, Matagalpa, así como del mismo monseñor Rolando Álvarez, este último se tuvo que refugiar en un templo de Managua tras varios días de persecución de la Policía.