El portal Vatican News, de la Santa sede, hizo eco de la denuncia del cierre de seis radioemisoras de la Diócesis de Matagalpa que son administradas por el obispo Rolando Álvarez Lagos. El Vaticano considera que las radio eran importantes. El cierre fue perpetrado por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo el pasado primero de agosto, a través del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor).
La decisión del régimen de Nicaragua se basa en la supuesta falta de los permisos de operación de los medios de comunicación de corte religioso que operaban en el norte del país. Las radios cerradas son Radio Hermanos, Radio Santa Lucía, de Ciudad Darío; Radio Católica, de Sébaco; Radio San José, de Matiguás; y Radio Monte Carmelo, de Río Blanco; todas pertenecientes al departamento de Matagalpa.
«En el comunicado se informa a la comunidad nacional e internacional que durante una reunión sostenida con el ingeniero Orlando Castillo, ya fallecido, quien fue presidente ejecutivo de Telcor, el obispo Rolando José Álvarez había presentado, personalmente, la documentación requerida el 7 de junio del 2016», destaca la página vaticana.
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El cierre de las radios católicas se suma a la clausura de TV Merced, de la misma Diócesis de Matagalpa; y el Canal Católico de Nicaragua, propiedad de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN). Estas acciones de la dictadura son parte de la escalada represiva contra la Iglesia católica, sus sacerdotes y obispos.
«Poco antes del mediodía del 1 de agosto personal del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos de Nicaragua, se presentó en las instalaciones de Radio Hermanos de la Diócesis de Matagalpa para notificar su cierre. También ordenó apagar los equipos, y entregó un documento en el que se señala el motivo del cierre de tan importante medio de comunicación en el norte del país», señala Vatican News.
En los últimos meses el clero y los templos religiosos han sido víctimas de la intensificación de la represión de la dictadura Ortega-Murillo. Dos sacerdotes están encarcelados, acusados y condenados de diversos delitos. Varios sacerdotes han denunciado el asedio permanente de la Policía del régimen. El mismo primero de agosto fue tomada la capilla Niño Jesús de Praga y desde ese día el padre Uriel Vallejos está confinado en la casa cural rodeado de policías que profanaron el templo y lo mantienen bajo asedio.