El secretario ejecutivo y representante legal de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (Anpdh), Álvaro Leiva, informó que ha enviado una carta al papa Francisco solicitándole que excomulgue a la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, «por sus actos fascistas y prácticas diabólicas» en el país.
Este viernes, 29 de julio, a través de un video difundido en redes sociales, el defensor de derechos humanos sostuvo que ha hecho esta petición a su santidad «para que sus ojos los enfoque hacia Nicaragua y su mirada pueda estar en sintonía con el sufrimiento que hoy tiene el pueblo nicaragüense en su ansiada justicia».
Leiva aseguró que hay suficientes pruebas y elementos para que la portavoz del régimen de Ortega sea «excomulgada porque ha provocado la muerte del alma de inocentes de cientos de nicaragüenses».
Noticia relacionada: Obispo de Costa Rica suplica «por un milagro en Nicaragua» que incluya la liberación de los presos políticos
La carta de la ANPDH plantea con «preocupación» la violación al derecho de libertad religiosa y la escalada represiva y ataques directos de la dictadura de Ortega-Murillo contra los líderes de la Iglesia católica de Nicaragua.
«Esta mujer, hace uso público de un sincretismo religioso suigéneris (de su género), el cual utiliza a su conveniencia según las circunstancias políticas y que lleva a la población a un estado de confusión, donde se valida, desde la práctica de la brujería hasta la lectura de un fragmento de los sagrados evangelios, induciendo al pueblo a vivir en pecado», se lee en la misiva.
La carta fue enviada el pasado 25 de julio al papa Francisco, máximo representante de la Santa Sede en Roma, informó el defensor.
Ataques a obispos y sacerdotes
Además, Álvaro Leiva expuso ante su santidad que la vida de algunos religiosos «corre peligro» en Nicaragua, debido a que la dictadura de Ortega-Murillo ha escalado su persecución contra la iglesia y mantiene a dos sacerdotes en la cárcel.
Entre los principales líderes católicos perseguidos por el régimen están: monseñor Silvio José Báez Ortega, obispo auxiliar de la arquidiócesis de Managua, actualmente en el exilio; monseñor Juan Abelardo Mata Guevara, obispo emérito de la Diócesis de Estelí; monseñor Rolando José Álvarez Lagos, obispo de Matagalpa y administrador apostólico de Estelí, y el sacerdote Edwin Heriberto Román Calderón, párroco de la iglesia de San Miguel Arcángel, del barrio San Miguel de la ciudad de Masaya.
«Sobre estos cuatro sacerdotes sigue vivo el peligro a sus vidas e integridad física, y orden de captura ilegal y sin fundamento jurídico, la cual ha sido suspendida, pero podría ser reactivada en cualquier momento según voluntad de Rosario María Murillo Zambrana», detalla la misiva.
Asimismo, el defensor de derechos humanos denunció los arrestos en contra del sacerdote Manuel Salvador García, quien en su primer juicio fue condenado a dos años de cárcel por el supuesto delito de amenaza con arma, y en el segundo le impusieron un año y cuatro meses de prisión por violencia física y otra condena similar por violencia psicológica.
En el caso de monseñor José Leonardo Urbina, la justicia de Nicaragua lo acusa por supuesta violación a una menor de edad.
«Como católico practicante, ciudadano de un país cuya patrona es la Santísima Virgen María, le formulo este extenso planteamiento, para que usted -como el máximo líder de la Iglesia católica- denuncie con firmeza la situación nicaragüense, y para que, particularmente ahora, tenga frecuentes palabras de aliento para los sacerdotes de su fe quienes han tenido la valentía de permanecer en el terreno, junto a los demás fieles -y son, por ello, perseguidos», indica la misiva.