Los migrantes irregulares que llegan a Panamá por la peligrosa selva del Darién, frontera con Colombia, están cruzando el país en su viaje hacia Norteamérica pese a los bloqueos enmarcados en las protestas que se registran desde hace más de tres semanas contra el alto costo de la vida y la corrupción.
Efe constató este viernes la presencia de al menos una decena de transportes con migrantes a la altura de Santiago de Veraguas, a unos 250 kilómetros de la capital panameña y corazón de las protestas.
Están tomando caminos alternos a la vía Interamericana, que cruza el país y lo une con Centroamérica, que es escenario de los bloqueos que han causado escasez de alimentos y otros productos en los centros urbanos.
El Servicio Nacional de Migración, conjuntamente con los demás estamentos de seguridad de Panamá, “ha coordinado de forma ininterrumpida el traslado de los migrantes irregulares”, dijo esta institución en un mensaje en sus redes sociales.
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“Desde que estuvimos los primeros bloqueos, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Naciones Unidas, estuvimos conversando para ver de qué forma podemos continuar esta labor humanitaria que hace la República de Panamá”, afirmó la directora del Servicio Nacional de Migración, Samira Gozaine, a la cadena TVN.
Explicó que se ha “logrado” llevar a los migrantes hasta la provincia occidental Chiriquí, fronteriza con Costa Rica, gracias a las negociaciones con los indígenas Ngäbe-Buglé, principal grupo que mantenía la carretera paralizada.
Gran parte de los migrantes irregulares trasladados se encuentran en el albergue de Planes de Gualaca, en Chiriquí, “para recibir alimentos” pues estos cierres les “impedían por 12 y 24 horas tomar alimentos y asearse”.
Aunque hubo “muchas personas que desesperadamente se bajaron de los buses y empezaron a caminar” fue “la mínima cantidad”, y las fuerzas de seguridad de Panamá, los indígenas y residentes de las zonas ofrecieron alimentos a los transeúntes.
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Panamá es un paso obligado para decenas de miles de migrantes irregulares procedentes de todo el mundo que cada año intentan llegar a Norteamérica. En este 2022 la mayoría son venezolanos, a diferencia del 2021 que fueron haitianos, o del 2015 y 2016, que eran cubanos.
En lo que va de año, unas 60.000 personas han llegado a Panamá a través de la selva del Darién, una de las rutas migratorias más mortales del mundo, según cifras reveladas este viernes por Gozaine.
Los gremios y sindicatos impulsores de las protestas y un equipo del Gobierno de Laurentino Cortizo iniciaron el jueves un diálogo en una mesa única para solventar la crisis social, la peor en décadas en este país.