La jueza Jazohara Zamora Rivera, del Juzgado Especializado en Violencia del Triángulo Minero, condenó a cadena perpetua a Marlon Noel Ríos Rizo, de 36 años, quien se declaró culpable por el femicidio de su cónyuge Kenia Yosmari Vivas, de 19.
El crimen ocurrió el pasado 14 de julio en la comunidad de Hi Land Merry, en el municipio de Bonanza, Caribe Norte de Nicaragua. En la acusación presentada por la Fiscalía se detalló que Ríos Rizo hirió a su víctima causándole 104 perforaciones al grado de cercenar su brazo izquierdo.
Durante la lectura de sentencia, la judicial indicó que las pruebas presentadas por la Fiscalía demostraron el grado de «violencia y saña», según medios locales.
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«Primeramente, la intimidó, presionándola psicológicamente para mostrar su superioridad y su machismo en contra de su víctima. En este caso quedó demostrada la misoginia, el odio contra las mujeres. De esta manera, Marlon descargó todo su odio contra la mujer, utilizando dos machetes, un hacha y una cutacha», destacó la jueza.


Asimismo, manifestó que «vemos la saña, la alevosía, la misoginia, sobre el cuerpo de la víctima, provocando en ella la mutilación que causó incompleta en su mano derecha. Con un total de 104 heridas, en diferentes partes del cuerpo. En la cabeza tenía 13 heridas y ocho heridas en el rostro».
Marlon Noel Ríos Rizo fue condenado a «cadena perpetua revisable» en perjuicio de su pareja Kenia Yosmari Vivas. El acusado cumplirá su condena en el sistema penitenciario de Matagalpa.
Hasta el primer cuatrimestre de este 2022, se habían registrado 22 femicidios, 20 ocurrieron en Nicaragua y dos en el extranjero (uno en Panamá y otro en Costa Rica); según las estadísticas del Observatorio de la Violencia de la organización Católicas por el Derecho a Decidir (CDD).
El número de femicidios en Nicaragua se ha elevado a 28. El registro de víctimas que sigue el organismo independiente Católicas por el Derecho a Decidir da cuenta de un avance sin tregua de la violencia machista en el país. La organización ubica al Caribe norte y sur de Nicaragua como las zonas donde se reportan los mayores índices de violencia contra las mujeres.