El padre Edwing Román, quien fue párroco de la iglesia San Miguel Arcángel, de Masaya, recordó el ataque del nueve de julio de 2018 por turbas orteguistas contra líderes religiosos, defensores de derechos humanos y opositores que se encontraban en la Basílica Menor de San Sebastián, en Diriamba, Carazo.
«9 de julio 2018, ciudadanos de Diriamba amenazados, Obispos, periodistas, defensores de derechos humanos, sacerdotes, fuimos agredidos brutalmente por turbas azuzadas por paramilitares amparadas por la policía sandinista» recordó el religioso a través de su cuenta de Twitter.
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También señaló cómo la dictadura de Ortega ordenó a su militancia profanar los «templos de San Sebastián en Diriamba y Santiago en Jinotepe.
En referencia a la actual persecución desatada por el orteguismo contra periodistas y opositores, Román escribió un texto bíblico en su misma red social, exhortando a que «No les tengan miedo. Mt.10,26».
Agregó que «tomar precaución no es tener miedo a los perseguidores; nunca hay que tener miedo a decir la verdad. Tengamos miedo más bien a negar a Dios, a esconder o a negar la verdad, a matar la libertad y que por nuestro silencio nos convirtamos en cómplices».
Un día después de la masacre perpetrada por paramilitares y la Policía en el departamento de Carazo, los obispos llegaron a Diriamba para ayudar a salir a ciudadanos que se refugiaban en el templo religioso, sin embargo, los fanáticos y trabajadores del gobierno arremetieron fuertemente contra los jerarcas católicos.
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El expárroco de la iglesia San Miguel de Masaya habría expresado hace dos años que «nunca había visto el odio tan de cerca, ahí habían armas blanca y de fuego, golpes, ofensas, fanáticos paramilitares reconocidos, que azuzaban a la turba portátil».
Organismos de derechos humanos documentaron que, en ese año, un contingente de al menos dos mil armados irrumpió en los municipios de Jinotepe, Diriamba y Dolores la madrugada del ocho de julio, cortaron la señal de telefonía y se tomaron los hospitales para acabar con la vida de los habitantes que se encontraban en las trincheras y se mantenían en resistencia contra la dictadura.
Rosario Murillo celebra masacre
El ocho de julio, la vocera, Rosario Murillo, manifestó que fue una «merecida derrota», al tiempo que su régimen festejó con un acto en las afueras del Colegio San José en Jinotepe.
Por su parte, el exreo político Luis Lesage dijo a Artículo 66 que el ocho y nueve de julio de 2018 fue «escalofriante, porque se recuerda los crímenes de lesa humanidad del gobierno de Ortega y Murillo.

«Recibimos este ocho de julio con mucho dolor, la angustia fue terrible ver a nuestros hermanos lesionados. Sin embargo, tenemos esperanza de que Nicaragua será libre y que vamos a tener la libertad que anhelamos», expresó el también rapero, exiliado en Estados Unidos.
La denominada «Operación Limpieza» acabó con 38 vidas, cuyos crímenes siguen en la impunidad y más bien el régimen de Nicaragua ha dicho celebrar lo que ha llamado «la derrota al golpismo».