La Unión Democrática Renovadora (Unamos) denunció que la continuidad del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en el poder «está sumiendo al país en una crisis social, política y económica cada vez más dramática».
La agrupación política señala que en Nicaragua se continúan encarcelando personas, la ciudadanía no encuentra empleo, las familias siguen sufriendo y la población sigue migrando «a toda costa» -incluso sobre su propia vida-.
«Los pocos recursos del Estado son destinados a fortalecer los órganos represivos como la Policía, Ejército y paramilitares», destaca Unamos en su cuenta de la red social Twitter.
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Nicaragua vive una crisis social, política, económica y de derechos humanos desde abril de 2018 cuando el régimen Ortega-Murillo pretendía aprobó una reforma fallida al seguro social que incrementaba la cuota de los trabajadores y empleadores. Además, se imponía un impuesto del 5 % a las pensiones de los jubilados.
La población, mayormente joven, salió a las calles a protestar en respaldo a los ancianos que se verían afectados por la medida, el régimen derogó la reforma, pero ordenó reprimir a sangre y fuego las manifestaciones que dejó un saldo de 355 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El mismo organismo documentó las violaciones a los derechos humanos de los nicaragüenses, el uso de parapoliciales en la represión y el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) concluyó que el país se cometieron crímenes de lesa humanidad.
Toda esta situación ha desencadenado una migración inédita de nicaragüenses a países como Estados Unidos, Costa Rica, España y Panamá. En la frontera México-Estados Unidos han fallecido decenas de nacionales que intentan cruzar el río Bravo.
Algunos huyen de la represión por su participación en las protestas cívicas y otros abandonan el país por la crisis socioeconómica que azota a los hogares.