La vocera del régimen nicaragüense, Rosario Murillo, se desbocó en insultos contra opositores al recordar la muerte del militante sandinista Bismarck Martínez. «Creyeron que lo borraban de la faz de la tierra, pero no», dijo Murillo, quien responsabiliza a los manifestantes de las protestas cívicas de 2018 por su desaparición.
«A cuatro años del infame, condenable secuestro de Bismarck Martínez, nuestro pueblo condena a todos esos hechores, son los maléficos, los que quisieron sembrar, dejar el odio, sembrarlo como semilla para que floreciera, los que repudiamos, los que rechazamos, los que repelimos», refirió la vicemandataria.
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Murillo dijo que «sabemos sobreponernos al dolor, al sufrimiento, a la ausencia y sabemos seguir siendo lo que debemos ser: nicaragüenses heroicos comprometidos con la paz y el bien, comprometidos con la hermandad, con los valores bíblicos, con los valores sandinistas, revolucionarios, comprometidos con los nuevos triunfos que vamos creando».
La vicemandataria aprovechó para promocionar su titulado «mes de la alegría y de los triunfos», refiriéndose al mes de julio, donde el régimen celebra con numerosas actividades junto a sus fanáticos. «Julio de triunfos, julio de trabajo que acrecentamos todos juntos, julio de inteligencia, julio para avanzar, para crecer, para honrar a todos los hermanos y hermanas de ese patrimonio heroico que nos han dejado el deber de fortalecer dignidad, libertad, fraternidad», manifestó.
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Desde el 2018, Nicaragua sufre una crisis social y política. Actualmente, el régimen ha incrementado su represión, encarcelando a mas de 180 presos políticos y mandó al exilio a miles de opositores y periodistas.
Después de cuatro años, los familiares de los asesinados de las protestas sociales siguen sin recibir justicia, más bien son objeto de asedio, hostigamiento y amenazados con cárcel.