Tras la cancelación de la personalidad jurídica de 101 organizaciones sin fines de lucro, incluyendo a la Asociación Misioneras de la Caridad, la condena y repudio contra el régimen de Ortega ha quedado evidenciado a través de pronunciamientos de organizaciones nacionales e internacionales.
La Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) expresó a través de cuenta oficial de Twitter que en «Nicaragua continúa la cancelación de organismo de sociedad civil y la eliminación de canales de TV confesionales», en relación a la censura del Canal Católico San José, propiedad de la Diócesis de Estelí, a TV Merced y al Canal católico, de la Conferencia Episcopal de Nicaragua.
Reprochó también que la censura por parte de la dictadura orteguista «es de las restricciones indebidas más extremas de la #LibertadDeExpresión; no solo no oculta, sino al contrario, desnuda aún más la grave situación de #DDHH».
Por su parte, el exembajador de la Organización de Estados Americanos (OEA) Arturo McFields dijo que la nueva acción del régimen de Nicaragua es otro ataque y ensañamiento contra la Iglesia católica y oenegés.
«La dictadura en Nicaragua arrecia campaña de odio a la iglesia católica: han perforado los templos con balas, han encarcelado a un sacerdote, censurado 2 canales de televisión; ahora expulsan a las Hermanas Misioneras de la Caridad de Teresa de Calcuta. 190 ataques y la lista sigue creciendo», escribió.
Padre Harving Padilla: «Esto es un ataque directo a las necesidades del pueblo»
Por su parte, el padre Harving Padilla, quien estuvo al frente de la parroquia San Juan Bautista de Masaya, dijo a Artículo 66 que es lamentable la situación que vive Nicaragua con el cierre de la Asociación Misioneras de la Caridad, porque la dictadura orteguista está quitando la oportunidad de apoyar a las personas necesitadas «y que reciban la bendición que la Iglesia ofrece».
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El religioso remarcó que esta nueva arremetida por parte del gobierno nicaragüense es «un ataque directo a las necesidades del pueblo, es un ataque a todo nicaragüense que es beneficiado de la caridad y así poder subsistir en medio de tanta pobreza que se está viviendo en nuestra patria Nicaragua».
«Sí es un ataque a la Iglesia —católica de Nicaragua—pero más que a la Iglesia es a los pobres, a los marginados, porque si bien es cierto, las hermanas —de la caridad— salieron bien del país, pero el trabajo de ellas no se va a detener porque se fueron de Nicaragua; el trabajo va junto con ellas a otros lugares donde serán acogidas y encontrarán a personas necesitadas de una mano amiga», señaló el prelado.
Enfatizó que el orteguismo le está cerrando la oportunidad de poder ayudar a las personas necesitadas, dándoles un espacio «dentro de la sociedad que es la dignidad del ser humano».
En cuanto a la censura del Canal Católico San José, Padilla refirió que al quitar un medio de comunicación religioso, «se les está quitando al pueblo religioso que podía recibir la palabra de Dios».
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«Creyendo —el régimen— que se le está haciendo el mal a un solo objetivo, se lo hacen a todo un pueblo», concluyó el padre Harving Padilla, quien expresó su solidaridad para con la Diócesis de Estelí. «Habrá otros medios donde la Iglesia continuará su evangelización y anunciando el mensaje de nuestro Señor Jesucristo», subrayó.
Con el cierre de estas 101 organizaciones sin fines de lucro, la dictadura ha «aniquilado» más de 750 oenegés, utilizando como excusa que estas no cumplieron con los requisitos que a través de las nuevas leyes inventadas ha exigido.