«¡Papi, te extraño y te amo! Por favor, vuelve a casa pronto. ¡Hola papi! Hoy desperté buscándote en el cuarto, en la sala y en el patio de la casa, pero no te encontré. Lloré mucho, porque no pude darte los buenos días y menos un abrazo a como siempre lo hacía. Extrañé que me dijeras “¿Cómo amaneció mi princesa?”», así inician las emotivas palabras que dedicó por medio de una carta Alejandra Mendoza, hija del cronista deportivo y preso político Miguel Mendoza.
La menor que en días recientes le decía a su mamá —Margin Pozo— que sería la única niña en su salón de clases que «no tendría papá» al que felicitar el Día del Padre recuerda el último gesto de amor que el reo de conciencia le dio el 21 de junio de 2021, horas antes de ser secuestrado por la Policía de Daniel Ortega.
Noticia relacionada: Miguel Mendoza realiza ayuno, a un año como preso político de Ortega
«Aún recuerdo las últimas horas de aquel 21 de junio de 2021. Fuiste a traer a mi mamá a su trabajo, al regresar me diste muchos besos, luego cenamos en familia a como solíamos hacerlo; y antes de dormir me narraste un cuento, me abrazaste y me dijiste “buenas noches hija, te amo con todo mi corazón”. No imaginé que esa sería la última noche que mis ojos te verían en libertad», se lee en la carta.
A un año de no ver a su padre, quien está cautivo en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ) en Managua, la hija de Mendoza afirmó que «sufro tu ausencia (de su padre). Veo tus fotos, abrazo tu ropa, uso tus gorras y veo los videos donde estás narrando para sentir que estás cerca de mí. No quiero ser la única de mi clase que, por segunda vez, no estará con su papá el 23 de junio. Con mis manitos te hice un detalle (está muy lindo), quiero entregártelo».
«Papi, quiero que sepas que le oro a Dios todos los días, para que te cuide y regreses pronto a casa. He grabado vídeos y he realizado dibujos con la esperanza de que alguien te los pueda mostrar. He leído cinco libros, me he esforzado para aprender y tener buenas calificaciones; y trato de ser la mejor en la clase de deporte, para que te sientas orgulloso de mí», agregó la niña.
Los hermanos y amigos de Miguel Mendoza han dicho que el periodista es un buen padre, cariñoso y esmerado por darle buena crianza a su hija.
Noticia relacionada: Hija de Miguel Mendoza cumple ocho años: «Mi único deseo es poder verte y abrazarte», le dice a su padre
«Extraño jugar contigo, ir al cine. Hace poco estrenaron Sonic 2 y Jurassic World: Dominion (mis películas favoritas), me hizo falta tu compañía. Recuerdo que te emocionabas conmigo cuando veíamos escenas divertidas o impactantes y al preguntarte cuál era tu parte favorita, siempre me respondías algo gracioso. Eres un papá increíble», enfatizó.
Aseveró que aunque tenga un año de no ver al preso político de Ortega, su amor y sus recuerdos están intactos. «No hay un solo día en el que no sienta la necesidad de abrazarte», recalcó.
Un año sin ver a su padre
En cuanto al arresto arbitrario en contra de Miguel Mendoza, su hija pregunta a las autoridades al servicio de la dictadura de Daniel Ortega «¿por qué me han quitado el derecho de ver a mi padre? ¿A caso les hice algo a ustedes para merecer tanto sufrimiento?».
«Soy una niña de 8 años que espera a su padre todos los días, que despierta con la esperanza de verlo nuevamente y que necesita estar cerca de él. Mi corazón está triste, pero creo en Dios y sé que pronto me lo traerá de regreso».
«¡Papi, te extraño y te amo! Por favor, vuelve a casa pronto. Tu hija, Alejandra», concluyó la niña que ha calificado al cronista deportivo como un ser extraordinario, intachable y entregado a su familia.
La noche del 21 de junio de 2021, el periodista deportivo fue detenido por la Policía al servicio el régimen de Daniel Ortega. Para capturarlo, allanaron su vivienda donde se encontraba su pequeña hija y su compañera de vida, Margin Pozo.
Noticia relacionada: Periodista Miguel Mendoza cumple 52 años de edad encerrado en las celdas de «El Chipote»
La justicia de la dictadura declaró culpable al periodista por el delito de «conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional», de conformidad con la controversial Ley 1055. Fue condenado a nueve años de prisión. Además, fue inhabilitado para ejercer cargos públicos.
Desde el primer día de su captura hasta el día de hoy, sus familiares no han dejado de exigir su libertad, así como a la de los más de 180 rehenes de conciencia, cautivos en las diferentes cárceles del país.