El preso político y empresario José Adán Aguerri continúa presentado afectaciones en su salud, lo que mantiene preocupados a sus familiares, quienes lograron constatar, en la octava jornada de visitas, que la pérdida parcial de la visión en su ojo izquierdo, la otitis y la presión arterial sigue afectándole.
El diez de junio, sus parientes lograron ver al opositor por octava ocasión después de más de 40 días de incomunicación, en las cárceles del Complejo Policial Evaristo Vásquez, mejor conocido como «El Nuevo Chipote».
Fuentes cercanas a la familia de Aguerri revelaron a LA PRENSA que la salud del preso político continúa deteriorándose, tras un año de encierro. «Sigue igual, bajando de peso. Lo que más nos preocupa es su problema que tiene en la vista, el oído y la presión», dijo la fuente que prefirió el anonimato.
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En marzo de este año, la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) informó que el integrante de esa organización presenta hongos en su espalda y pecho; pérdida parcial de la visión en su ojo izquierdo, otitis —infección del oído— y migraña.
Al respecto la fuente indicó a LA PRENSA que la familia del preso político le está llevando medicamentos y pomadas «tratando de que no empeore» su salud.
El ocho de junio, el también expresidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) cumplió un año como preso político del régimen de Daniel Ortega.
A José Adán Aguerri la justicia nicaragüense lo acusó de supuestamente «conspirar para cometer menoscabo a la integridad nacional» y el juez Quinto de Distrito Penal de Juicios, Félix Ernesto Salmerón Moreno, lo condenó a 13 años de prisión.
El régimen de Ortega enjuició al opositor junto a los aspirantes a la Presidencia Arturo Cruz, Juan Sebastián Chamorro y Félix Maradiaga, el veterano político José Pallais, y las dirigentes de la Unidad Nacional Azul y Blanco (Unab) Tamara Dávila y Violeta Granera.
Este 14 de junio, las diversas organizaciones de familiares de los presos políticos detenidos en «El Chipote» y en los centros penitenciarios de todo el país elevaron su voz para demandar la liberación inmediata de todos los detenidos y que la «política de torturas y exterminio debe cesar».
Los familiares de las personas detenidas en el nuevo Chipote denunciaron que, tras la octava visita que realizaron del 10 al 12 de junio, comprobaron que «sus vidas (de los encarcelados) siguen estando en riesgo».
«Insistimos en nuestro llamado URGENTE al pueblo de Nicaragua, la comunidad internacional y al Estado de Nicaragua, a promover todas las acciones posibles para lograr la libertad inmediata, incondicional y con garantías para las más de 182 personas presas políticas», exhortan.